GARA
LONDRES

El Parlamento británico inicia la derogación de las leyes de la UE

El Parlamento británico dio luz verde a la tramitación del proyecto de ley de retirada de la UE, que pondrá fin a la preeminencia de las normas comunitarias cuando Gran Bretaña rompa de forma definitiva sus lazos con Bruselas. El débil Gobierno de Theresa May libra el primer obstáculo, pero no tiene aseguradas ulteriores votaciones, ya que su pretensión de trasponer esas miles de leyes por decreto suscita recelos incluso en su bancada conservadora.

Tras muchas horas de debate y un intento fracasado de enmienda a la totalidad presentado por el Partido Laborista, la Cámara de los Comunes aprobó ya pasada la medianoche por 326 votos a favor y 290 en contra un texto crucial en el proceso de salida del país de la UE.

El texto, conocido como la Ley de la Gran Derogación, pero bautizado oficialmente como la «Ley de (retirada de) la UE», tiene como objetivo derogar la European Communities Act de 1972, que marcó la adhesión de Gran Bretaña a la UE e introdujo la primacía del derecho comunitario sobre el británico.

La premier británica, Theresa May, se apresuró a saludar «la histórica decisión», en la que contó con una cómoda mayoría de 36 diputados tras lograr el respaldo de los 10 diputados unionistas del DUP y de 7 diputados laboristas que rompieron la disciplina de voto.

En nombre de estos últimos, Caroline Flint argumentó que su deber era «respetar el resultado del referéndum» de junio de 2016, en el que el Brexit ganó con un 51,9% de votos.

Si esta circunstancia evidencia las difcultades del laborismo para conciliar su respeto al Brexit con sus críticas a la gestión del mismo por parte de May, tampoco falta el malestar en el seno de la bancada tory.

«Poderes de Enrique VIII»

El Gobierno solicita poderes excepcionales, concretamente un antiguo mecanismo legislativo conocido como «Poderes de Enrique VIII» para aprobar por decreto las miles y miles de modificaciones necesarias para trasponer el derecho de la UE saltándose el preceptivo control del Parlamento (similar a las ordenanzas francesas). El Ejecutivo justifica esta excepcionalidad por cuestiones de «eficacia» pero tanto la oposición laborista, el SNP, los liberales y no pocos diputados conservadores se oponen a dar esos poderes a May. El laborismo habla de golpe de mano, mientras los soberanistas escoceses, galeses e irlandeses temen que utilize esos poderes para recentralizar competencias en manos de Edimburgo, Cardiff y Belfast.

Los tories renuentes recelan, en nombre del liberalismo político, del método legislativo que quiere imponer su Ejecutivo.

Así las cosas, el voto en detalle y en Comisión de la Ley de la Gran Derogación promete votaciones reñidas y quizás más de un susto a la inquilina del número 10 de Downing Street.

Pro UE pero antiinmigración, el dilema de las Trade Unions

Cuando se les inquiere sobre si quieren mantener lazos estrechos con la UE levantan la mano casi al unísono. Pero los sindicalistas británicos son reticentes a la inmigración europea.

Como cada año, la confederación de sndicatos británicos (Trade Union Congress o TUC) se reune en congreso esta semana en la estación balneario de Brighton, sur de Inglaterra, y el Brexit centrará los debates.

Los sindicatos presentes, que representan a 5,6 millones de trabajadores, defienden el mantenimiento de un mercado único y alertan contra un Brexit duro.

La TUC ha publicado un informe según el cual 2,5 millones de empleos británicos dependen directamente de intercambios con estados miembros.

Lo que no quiere decir que estén a favor de la libre circulación de trabajadores europeos, a los que responsabilizan del desplome de los salarios y uno de los motivos del triunfo del sí al Brexit

Así, apuestan por que los empleadores no puedan ofrecer salarios más bajos a los extranjeros que a los británicos o que no puedan reclutar trabajadores en el extranjero antes de hacerlo en Gran Bretaña. Sugiere asimismo reservar a los británicos los empleos públicos.

6 de cada 10 afiliados al TUC votaron a favor del mantenimiento en la UE, lo que evidencia una fuerte minoría por el Brexit, liderada en el congreso por el sindicato de transportes (RMT).