M.I.
EL FIEL

La piloto de carreras y el gángster de Bruselas

Es la película belga elegida por su país para los Óscar, aunque esté generando una gran división entre la crítica, como ya la causaban en su tiempo las películas del maestro Claude Lelouch, a las que “Le fidèle” recuerda para bien. Su estilo deliberadamente anacrónico se adecúa a las viejas historias que combinaban romance y acción, con ella como piloto de carreras y él haciendo de violento gángster, aportando así mucha adrenalina por parte de ambos a una relación tan al límite.

Este tercer largometraje confirma que el belga Michaël R. Roskam no es un cineasta al que se pueda encasillar, y que no le teme a los géneros más variados, dispuesto a dejar en ellos su sello personal. A la impactante ópera prima “Bullhead” (2011), le siguió una incursión más meditada y reposada en el mercado anglosajón con “The Drop (La entrega)” (2014), para regresar de nuevo con un thriller romántico que se mueve entre el circuito automovilístico de Zolder y los ambientes delictivos de la Bruselas de los años 90. Buena parte del potencial de la película, Roskam lo fía a la tremenda química existente entre la dinámica pareja personificada por Adèle Exarchopoulos y Matthias Schoenaerts en clave de film “noir” o “polar”.