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Al menos 6.700 rohinyás murieron en tan solo un mes en Myanmar

Médicos Sin Fronteras ha denunciado que entre finales de agosto y setiembre al menos 6.700 rohinyás fallecieron en Myanmar a causa de la represión del Ejército. 730 de ellos eran menores de cinco años. Advirtió de que la cifra real de muertos puede ser mayor ya que no se consultaron todos los campos de refugiados instalados en Bangladesh.

Al menos 6.700 rohinyás, incluidos 730 niños menores de cinco años, murieron entre finales de agosto y setiembre en Myanmar a causa de la represión del Ejército birmano, según un informe inédito realizado por Médicos Sin Fronteras (MSF). Las cifras solo incluyen el primer mes de violencia, que provocó un éxodo que sigue a día de hoy.

MSF subraya que estos datos son la prueba más clara de la violencia que comenzó el 25 de agosto cuando los militares, la Policía y las milicias locales en Myanmar lanzaron las últimas «operaciones de limpieza» en respuesta a los ataques del insurgente Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan.

«Lo que encontramos es impactante, tanto en términos de cifras de personas que hablaron de algún familiar muerto como resultado de la violencia, como en las formas horribles en que relataron que fueron asesinados o gravemente heridos. Hemos oído a personas que cuentan que familias enteras murieron después de que las fuerzas armadas las encerraran en sus casas y las incendiaran», resaltó el director médico de MSF, Sidney Wong, en la presentación del informe basado en un total de seis sondeos realizados en noviembre. Participaron 608.108 personas, 503.698 de las cuales llegaron a campamentos de Bangla- desh después del 25 de agosto.

El 69% de las víctimas murieron por disparos de bala, el 9% fueron víctimas de quemaduras mortales y el 5%, por palizas.

En el caso de los menores de cinco años, 59 murieron por disparos, 15 quemados vivos en sus casas, 7 apaleados y un 2% por explosiones de minas.

Wong considera que probablemente la cifra reale de muertos sea mayor ya que no se consultaron todos los campos y no se contabilizaron las familias que nunca lograron salir de Myanmar. «Casi cada familia rohinyá tiene uno o varios de sus miembros asesinados», denunció a AFP el profesor rohinyá Mohamad Zubir, refugiado desde hace 25 años en Bangladesh.

«Y durante su huida lejos de sus pueblos en el estado de Rajine vieron los caminos y las casas llenas de muertos», añadió. A principios de mes, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos declaró que existían «elementos de genocidio» contra los rohinyás en Myanmar y pidió abrir una investigación internacional.

Hasta ahora el Ejército birmano, que niega represalias contra los civiles, habló de un balance de menos de 400 muertos, todos ellos «terroristas» rohinyás.

 

La vida en el estado birmano de Rajine se ha detenido

El director de operaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Dominik Stillhart, relató que la vida en el estado birmano de Rajine, donde permanecen 180.000 rohinyás temerosos tras la huida a Bangladesh de cerca de 650.000 compatriotas, parece haberse detenido.

Según contó en Ginebra tras una visita de tres días a esta zona remota de Myanmar, la continuas tensiones entre las comunidades musulmanas y budistas están impidiendo que los comerciantes musulmanes reabran sus tiendas y mercados. El CICR es una de las pocas organizaciones que opera actualmente en Rajine.

«La situación en Rajine se ha estabilizado, hay incidentes esporádicos, pero las tensiones son altas entre las comunidades. Uno tiene la sensación de que las dos principales comunidades están profundamente asustadas», manifestó Stillhart. «Cuando viajas por el campo y miras a ambos lados de la carretera, las localidades están complemente destruidas. Esto te da una idea de la escala de destrucción», remarcó.GARA