Saint-Lary marcó en 2005 la pleamar de la marea naranja que acompañaba a Euskaltel Euskadi y nueve años después la desaparición del equipo vasco redujo de manera muy importante la presencia de su afición, de ikurriñas y, por supuesto, de camisetas naranjas. Hubo muchos vascos, porque la afición al ciclismo y la tradición de acudir al Tour es muy importante, pero el número fue muy inferior a anteriores ocasiones.

La Euskal Jaia convocada por ESAIT como cada año en la previa de una etapa de los Pirineos tuvo escasa participación porque fueron muy pocos los aficionados vascos que quisieron pasar la noche en Saint-Lary. Hace nueve años, el máximo responsable del Tour, Jean Marie Leblanc, quiso reducir el número de vascos colocando las etapas de Pirineos entre semana y lo consiguió, pero después de lo de ayer la organización igual tiene que plantearse colocar sus etapas más atractivas en fin de semana porque había muchos tramos de subida sin público, cuando en 2005 estaban abarrotados. Saint-Lary solo tiene diez kilómetros de ascensión y no parecía un final de etapa del Tour.

Hace nueve años se formó un caos monumental en la bajada de Saint-Lary tras la etapa y de madrugada el puerto seguía totalmente colapsado. Ayer se vació rápido, sobre todo porque muchos de los que subieron lo hicieron en bicicleta. Al final el que mantiene su cita con los Pirineos es el que quiere subir los puertos y disfrutar de unos escenarios extraordinarios como el entorno del final de etapa de ayer. Lo que faltó fue la afición de un equipo que consiguió enganchar a la gente y dar una imagen de país que las instituciones vascas deberían intentar recuperar. No hay mejor forma de promocionar la marca Basque Country que recuperar la presencia de una selección vasca en el Tour.

Un día espectacular

Y eso que el día resultó espectacular. El sol lució desde la primera hora de la mañana, como lo hizo durante toda la jornada del martes. Si llega a salir un día como el del domingo, en el que llovió de manera intensa en el Tourmalet, la asistencia habría sido todavía menor. Porque todo acompañaba ayer. El día fue perfecto, el entorno de Saint Lary es espectacular y además ofrece muchas opciones de aparcar y acampar sin pagar.

Lo hicieron algunos, como todos los que acudieron al llamamiento de ESAIT, a cuya iniciativa tampoco acompañó el comportamiento policial. La Guardia Civil envió a dos representantes junto con seis gendarmes para comunicar que no podían vender bebidas. Les dijeron que como no acataran esa decisión les iban a impedir desarrollar la marcha cicloturista ayer.

Resultó curiosa la escena que presenció el enviado especial de GARA en el que uno de esos guardias civiles, uniformados de verde a pesar de estar en un país que supuestamente no está en su competencia, se acercó a las tres de la tarde de ayer a la carpa de ESAIT para preguntar qué tal fue todo y decir que ellos no eran partidarios de impedir vender bebidas, pero que llamó un hostelero quejándose. Ese mismo guardia civil estaba al inicio de la marcha cicloturista de ayer. Estaban enviados solo para controlar este acto, que volvió a reivindicar la oficialidad de las selecciones vascas en los Pirineos.

La Peña Euskadi

No solo hicieron noche en la estación de Saint-Lary los que respondieron al llamamiento de ESAIT. También otros aficionados como los integrantes de la Peña Euskadi Iturrimorro de Areatza-Igorre, que fueron los que se dejaron escuchar con sus ánimos a todos los vascos que subían en bicicleta el puerto. El año pasado la peña se llamaba Euskaltel Euskadi e iban con camisetas naranjas, este año Peña Euskadi e iban con las camisetas del equipo continental y no saben cómo se van a llamar el año que viene tras confirmar Miguel Madariaga su desaparición tras la disputa de la Vuelta a Burgos.

Como trasmitía su presidente Isidro Sierrasezumaga, «es el octavo año que venimos y es el que menos vascos hay con diferencia. Se nota mucho la desaparición de Euskaltel y nos da mucha pena que además desaparezca el Euskadi. Antes de animar a un equipo veníamos a animar a los vascos y ahora seguiremos haciéndolo. Pero es importante tener a un equipo vasco profesional».

Han pasado unos días en Saint-Lary y se volverán a casa sin ir hoy en la etapa del Tourmalet. También había aficionados que durmieron en un apartamento desde el que se veían ikurriñas, banderas en las que se pedía la vuelta de los presos vascos a casa y sus camisetas naranjas. Pero, sobre todo las ikurriñas, fueron muchas menos que otros años. Y no solo en Saint-Lary, tampoco en la subida de Val Louron había muchos vascos.

Hoy la etapa queda más cerca de casa y muchos no trabajan mañana y es posible que haya más aficionados vascos en el Tourmalet y en Hautacam, pero lo vivido ayer en Saint-Lary obliga a una reflexión porque tener un equipo continental profesional que vuelva al Tour no es tan difícil. Van a desaparecer equipos y cada vez va a ser menor el nivel presupuestario necesario para ser invitados. Este año han tenido plaza Bretagne, IAM, Cofidis y NetApp y el año que viene pueden desaparecer tres World Tour. Difundir la marca Basque Country y tener un equipo equivalente a una selección nacional en el Tour no será tan costoso como antes.