Eugenia LOGIURATTO (AFP)
REFUGIADOS SIRIOS EN URUGUAY

Primer día de escuela lejos de la guerra en Siria

La playa, el asado, la rambla? «Lo que más les va a gustar de Uruguay va a ser la paz», cree Franca, una de las niñas que recibió en su escuela a los refugiados sirios que llegaron al país hace casi dos semanas.

Los alumnos de la Escuela Experimental de Malvín, en Montevideo, se prepararon durante meses para la llegada el martes de 13 niños sirios, a quienes el Gobierno de José Mujica ha acogido junto a sus familias. En total, 42 refugiados sirios llegaron al país latinoamericano el pasado día 9. Durante dos meses vivirán en un hogar de los Maristas, donde recibirán clases diarias para aprender el idioma y capacitación laboral para los adultos, entre otras actividades para adptarse a la cultura y leyes de Uruguay. A partir de diciembre se establecerán en diferentes puntos del país, por lo que comenzarán las clases formales con el reinicio de los cursos, en marzo de 2015. «Estoy temblando de los nervios, no puedo más», indicó Mateo a AFP antes de entrar a la escuela. Una expectativa compartida por alumnos, padres y vecinos de este barrio capitalino.

Los 13 niños sirios llegaron saludando desde las ventanas de un autobús. Con sonrisas tímidas, chocaron palmas con quienes se acercaban a las ventanillas y fueron captados de cerca por las cámaras de televisión. En medio de aplausos, caminaron hasta el patio de la escuela junto al personal docente. Allí fueron recibidos con danzas, canciones y numerosos carteles -en árabe y castellano- que les dedicaron los niños uruguayos con mensajes de «paz», «libertad» y «amor».

Cada uno de los recién llegados recibió el uniforme escolar y se integró al grupo que lo acompañará durante los próximos meses.

Decenas de padres, vecinos y curiosos observaron el acto desde fuera de la escuela. Como Verónica, que fue especialmente para ver el recibimiento. «Esto es un acto de amor, de paz, de confraternidad, que es lo menos que los humanos podemos hacer por otros semejantes. Ojalá que vengan otras familias y que les podamos dar cobijo», aseguró. Para Beatriz, madre de una alumna de la escuela, fue un día emocionante «hasta las lágrimas. Para ellos es un ejemplo de solidaridad, te puedo asegurar que lo sienten con el corazón».

Por ahora los niños asistirán solo dos días por semana a la escuela, durante algunas horas. Como recién están aprendiendo el español, los acompaña un traductor y participarán sobre todo de las actividades artísticas y de educación física.

«Hay lenguajes que son comunes, como la música, el juego, la sonrisa, la caricia, la mirada», observó Silvana, maestra de arte que ayudó a los alumnos a preparar la bienvenida.

Esta es la primera etapa de un plan de reasentamiento inédito en la región, promovido por el presidente urugayo y elaborado en coordinación con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Un segundo grupo de 80 refugiados llegará en febrero de 2015.

En opinión de Héctor Florit, director general de Primaria de Uruguay, recibir grupos de culturas diferentes es regresar «a los orígenes» de Uruguay como país de inmigrantes y sostiene que tras varias décadas en las que muchos uruguayos emigraron esto permite de alguna forma saldar una «deuda» que el país tiene con otros pueblos.

Tras más de tres años de sangrienta guerra y el avance del Estado Islámico (EI), ACNUR estima que el número de refugiados sirios ya ha superado los tres millones, una cifra cercana a la población total de Uruguay.

El caluroso recibimiento que han brindado los uruguayos a los sirios contrasta con el rechazo que ha despertado otra propuesta de Mujica para aceptar como refugiados a seis presos de la cárcel de Guantánamo.

Según diversas encuestas, el 69% de los uruguayos está de acuerdo con la llegada de las familias sirias pero el 58% rechaza la llegada de los prisioneros.