Beñat ZALDUA BARCELONA
EL PROCESO SOBERANISTA CATALÁN

Todos pendientes de Junqueras, que augura que habrá acuerdo

Tras la conferencia de Artur Mas del martes, ayer fue el día de las reacciones. Y la más esperada, sin duda alguna, la del líder de ERC, Oriol Junqueras, sobre quien recae ahora la presión de aceptar, rechazar o enmendar la propuesta del «president», más aún teniendo en cuenta que la ANC y Òmnium Cultural se muestran dispuestas a comprar la nueva hoja de ruta. La CUP volvió a rechazar la lista unitaria, pero valoró positivamente muchos aspectos del plan.

La propuesta de hoja de ruta que el president, Artur Mas, lanzó el martes para proclamar la independencia en 2016 -siempre que la ciudadanía así lo avale- interpeló directamente a tres actores del proceso catalán: ERC, ANC y Òmnium Cultural. No en vano, son los principales receptores de una de las condiciones establecidas por Mas para convocar las elecciones plebiscitarias indispensables para seguir adelante: construir una candidatura mixta de partidos y entidades sociales. Las principales entidades soberanistas parecieron ayer cómodas con la propuesta presidencial, lo que sitúa la presión sobre el líder de ERC, Oriol Junqueras, que ayer auguró que podrá haber acuerdo.

El republicano aprovechó la sesión de control al Govern del pleno del Parlament para mostrarse conciliador con Mas y aseguró estar dispuesto desde el primer momento a «hablar y llegar a acuerdos». El líder republicano, que acudió al acto de Mas, invitó al president a la conferencia con la que el próximo martes, 2 de diciembre, fijará su posición. Y lanzó una reflexión: «Tenemos que sumar y buscar la fórmula que nos permita maximizar los resultados. No sumar unos cuantos, sino sumar cuantos más mejor».

Aquí está la clave del argumentario de ERC. En círculos republicanos se valoró positivamente, en términos generales, la hoja de ruta propuesta por Mas. No podía ser de otra manera, ya que es nítidamente independentista, más detallada de lo esperado y prácticamente calcada a la esbozada por Junqueras después del 9N. La discrepancia radica en la lista conjunta, que ERC no ve con buenos ojos, ya que argumenta que por separado el independentismo podría obtener más votos.

En la misma línea se situó la CUP, que no sorprendió a nadie rechazando la citada lista unitaria. Igual que Junqueras, el diputado Quim Arrufat realizó una valoración «positiva» de muchos de los aspectos, pero recordó que «en ningún sitio está escrito que tenga que ganar una lista única», en referencia a una de las condiciones impuestas por Mas, según la cual una de las listas independentistas debería conseguir la mayoría absoluta por sí sola para seguir con el proceso. «No todas las sumas suman», consideró Arrufat.

Algo a lo que el propio Mas contestó que lo que le preocupa «no son las listas, sino que el resultado sea claro e indiscutible». Durante la sesión de control, el president pidió pasar «del debate sobre si hay que votar o no al debate de si es mejor la independencia o no», y advirtió de que «el acierto de todos es lo que puede desencallar la oportunidad que no hemos tenido en mucho tiempo».

Rechazo desde Madrid

A falta de los posicionamientos definitivos, cabe augurar la apertura de negociaciones discretas en los próximos días. Un debate entre partidos al que ayer se mostró dispuesta Unió Democràtica, aunque su líder, Josep Antoni Duran i Lleida, volvió a rechazar la declaración unilateral de independencia.

Desde ICV-EUiA criticaron la propuesta de Mas, de la que se desvincularon completamente, si bien es cierto que no es la primera vez que los ecosocialistas se lanzan del tren en marcha para volver a subirse a él a última hora.

De momento, ERC y CUP parecen de acuerdo en la hoja de ruta hacia la independencia, con la principal y no menor discrepancia en la lista conjunta. Todos, pero sobre todo los republicanos, van a tener que explicar muy bien sus razones.

Con palabras parecidas se pronunció la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell, que confesó que el president se lo ha puesto «bastante difícil» a Junqueras para decir que no. Forcadell, que explicará este sábado el posicionamiento de la ANC ante el nuevo escenario, señaló que la lista unitaria quedaría «coja» sin ERC y dio a entender su pleno acuerdo con la hoja de ruta trazada por Mas.

Sobre el debate entre partidos que ahora se abrirá, la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, recordó con razón y humor que las entidades sociales están dispuestas a ejercer de «superglue» entre los partidos, pero que esperan no tener que hacer, como ya les ha tocado alguna vez, de «supernanny». Es decir, están listas para servir de elemento cohesionador, pero no de canguros de líderes políticos.

Rechazo desde Madrid

Quien también hablará el sábado desde Barcelona será el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Eso sí, en contra de lo anunciado en primera instancia, será en un acto de partido cerrado y perfectamente controlado, en el que la propia formación emitirá la señal de vídeo. En cualquier caso, no se espera ninguna novedad después de que ayer Rajoy acusase a Mas de dar «un paso más hacia ninguna parte». El presidente español también negó que el 9N se produjese un referéndum -algo que contradice la querella de la Fiscalía- y aseguró que van a seguir «defendiendo la soberanía nacional y nuestro texto constitucional».

En la misma línea, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, cerró filas con Rajoy, pese a la estocada recibida por parte del presidente, que consideró que el partido estaba mejor con Rubalcaba.

Pedro Sánchez calificó de «pésima noticia» la propuesta de Mas, que consideró que «fractura todavía más» la sociedad catalana. Algo similar a lo que opina el coordinador de Izquierda Unida, Cayo Lara, que consideró que la nueva hoja de ruta «no ayuda nada».