Un año más, el fin de año nos recuerda la dispersión de los presos políticos vascos con la celebración del festival Hatortxu Rock, que va ya por su edición número diecisiete, se hizo algún doblete anual, sobre quince años. «Hoy en día, todavía casi 500 presos políticos se encuentran alejados de sus hogares -comenta Aitor Agirrezabal desde la organización-, con otros cientos en peligro de ser juzgados y encarcelados y dispersados». Además se cumplen 25 años desde que se puso en marcha este ataque sistemático a los derechos humanos, multiplicando las consecuencias.

«Esta política penitenciaria -precisa Aitor- suma a la condena impuesta por los jueces un castigo vengativo a los familiares y amigos, con el riesgo vital que ello supone, además de los ataques sicológicos, económicos y sociales. La solidaridad ha sido castigada una y otra vez en Euskal Herria. Abriendo las heridas sin descanso. Todas estas heridas han sido la base, la fuente de inspiración de muchas canciones, a través de la cual queremos trabajar por el fin de la dispersión», señala.

El 20 aniversario está próximo, sería decepcionante celebrar, lo que sería un «no celebrar», ante una cifra tan redonda y sintomática. «Hatortxu Rock es un festival nacido con deseo de desaparecer; pero, al mismo tiempo, renueva las fuerzas mientras el objetivo se mantenga vigente. Este año no será distinto y el próximo 27 de diciembre nos juntaremos en Atarrabia, con el deseo de traer a casa a aquellos que no puedan estar allí. Y así será hasta que todos estén en casa. El 20 aniversario está ahí y nos encantaría no tener que organizar ni la vigésima edición ni la decimoctava tampoco. Pero renovamos fuerzas para seguir con el Hatortxu mientras la situación sea la actual», afirma.

Desde 1999. «Ese fue el año del primer Hatortxu Rock. Entre la gran red de voluntarios que hacen posible el festival tenemos gente que estuvo en aquel primer grupo de 1999 y otros que nos hemos ido incorporando más tarde, tomando el testigo y tratando de seguir con la gran labor realizada durante años, lo que ha permitido que año tras año, sin falta, la solidaridad se suba al escenario por estas fechas», dice.

Programar todos los años al nivel de Hatortxu Rock es complicado; no obstante, la buena disposición de cientos de bandas van haciendo el camino posible y de la manera más brillante. Esta edición 17 no se libra de su potencial. «Sí. Creo que ha quedado un cartel muy potente y, sobre todo, muy variado. Tenemos grupos para todos los gustos, por lo que esperamos atraer a un público diverso. Además, hay que agradecer a los grupos su predisposición a estar sobre nuestro escenario y unirse al mensaje que quiere transmitir Hatortxu Rock. El camino a casa lo hacemos entre todos», asegura.

La semana parece que viene fresca, pero dentro de la carpa el calor de la música y el microclima están garantizados. «Es probable que haga frío. Diciembre, Atarrabia... Hemos tenido años de mucho frío, incluso grandes nevadas, pero el festival siempre se ha celebrado. La carpa es cerrada, con capacidad para 7.000 personas y con calefactores que hace que se pueda disfrutar de una buena noche. «¡Que el frío, la lluvia o lo que venga no deje a nadie sin Hatortxu!», alienta Aitor Agirrezabal.

Hatortxu Rock comienza a las 16.30 con el ritmo de Vendetta, le siguen Arkada Social y nueve formaciones más. El sol nacerá, para muchos, en la buena carpa.