Itxaso Herrera
Oftalmóloga del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO) y especialista en Retina Médica y Baja Visión

Aprender a vivir con Baja Visión

Es importante asesorar sobre posibilidades tecnológicas como relojes de pulsera que hablan, tabletas, teléfonos inteligentes, audio libros o software ya que son una herramienta muy útil para combatir las dificultades rutinarias del día a día.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Baja Visión es una discapacidad que afecta a 246 millones de personas en el mundo y cerca de tres millones en España. Ahora que podemos ver en nuestras calles una campaña para concienciar a la población vasca sobre los problemas que sufren quienes padecen baja visión y la ayuda que necesitan, quisiera reflexionar sobre este problema cada vez más extendido entre la población, principalmente entre la de edad más avanzada, y recordar lo importante que es acudir al especialista.

Las principales causas de baja visión son la degeneración macular asociada a la edad, la miopía magna, el glaucoma, la retinopatía diabética o las distrofias retinianas. Cambios en la visión que asustan y que pueden agudizarse con el tiempo, ya que la enfermedad es degenerativa. No olvidemos además otra cuestión: que las causas que llevan al paciente a la baja visión no pueden ser resueltas con ninguna técnica óptica, médica ni quirúrgica. Lo que sí se puede hacer es intentar mejorar su calidad de vida.

Hay quien dice erróneamente la vista se estropea de tanto usarla. No es cierto. La vista no se estropea, por eso debemos de usarla. Para leer, cocinar, salir, andar… para seguir adelante con el día a día de la manera más llevadera posible porque no hay que olvidar que las causas que llevan al paciente a la baja visión no pueden ser resueltas con ninguna técnica óptica, médica ni quirúrgica. Lo que sí podemos hacer es intentar mejorar su calidad de vida.

Perder visión no significa tener que renunciar a nuestras actividades, pero sí requiere aplicar nuevas formas para llevarlas a cabo. Para ello, se debe aprovechar al máximo la visión que queda y utilizar mejor el nuevo punto de vista. En los casos en los que el paciente carece de visión central, es decir, que ve una mancha negra en el centro de la imagen que le persigue mire dónde mire, que le impide reconocer caras, maquillarse, cocinar, y lo más difícil, la lectura. Pero existen muchas posibilidades de éxito si se empieza a trabajar cuando, a pesar de las gafas convencionales, comienzan los primeros indicios de problemas; por el contrario, si el paciente padece falta de visión periférica, su mayor dificultad estará en las actividades que requieran movimiento como andar.

Existen muchas ayudas y dispositivos para baja visión, que básicamente son gafas, lupas, microscopios, amplificadores de video y telescopios, todo esto que puede sonar poco moderno es la base de esta especialidad. No son «artilugios», la mayoría de ellos se montan en gafas y son de fácil manejo y estética similar a las gafas comunes. Además, es importante asesorar sobre posibilidades tecnológicas como relojes de pulsera que hablan, tabletas, teléfonos inteligentes, audio libros o software ya que son una herramienta muy útil para combatir las dificultades rutinarias del día a día. Además, el gran avance tecnológico actual permite una gran variedad de posibilidades en el mercado que ha hecho posible en abaratamiento de las ayudas para la baja visión. Antes de empezar con algún proceso, el oftalmólogo deberá realizar un examen completo.

Y mientras tanto, si ves el distintivo de «tengo baja visión» en una persona, tenlo en cuenta y si puedes, ayúdale.

Recherche