José Luis Úriz Iglesias
Afiliado al PSC viviendo en Navarra

¿Cómo recuperar la confianza en los partidos de izquierda?

Después de lo ocurrido en los últimos tres meses y ante el fracaso de todas las izquierdas existentes en nuestro país a la hora de conformar un gobierno alternativo a la derecha, a Rajoy y su PP, ante la frustración originada deberíamos de plantearnos y preguntarnos: ¿Cómo recuperar la confianza de los ciudadanos y en especial de nuestra base social en nosotros?

Algunas ideas básicas podrían ser:

1.- Si la izquierda es incapaz de enfrentarse a la crisis con planteamientos propios de la izquierda debe reflexionar sobre esa cuestión hasta buscar soluciones desde nuestro lugar ideológico. En ningún caso debemos hacer el trabajo sucio y además manipulados y dirigidos por poderes fácticos como ha estado ocurriendo en los últimos meses.

2.- Debemos expresar nuestras diferencias en público, siempre ha sido un profundo error eso de «tenemos que lavar nuestra ropa sucia en casa». Los partidos de izquierda deben tener las paredes de cristal y a ser posible sin paredes, en comunicación directa con la ciudadanía que debe ver lo que ocurre en nuestro interior, los debates y diferencias deben desarrollarse con total transparencia, porque la pluralidad siempre es enriquecedora.

Resulta patético que la cultura de Torquemada y su Santa Inquisición impregnen incluso los partidos que aparecen como novedosos, al igual que lo es el tener que leer entre líneas lo que quieren decir ciertos líderes a la hora de expresarse en la prensa. Últimamente alguna venida del sur más parece el Oráculo de Delfos a la hora de hacer declaraciones. Hablar con claridad, que lo entienda la ciudadanía es una obligación para un líder o lideresa de izquierdas.

3.- Una izquierda plural, con libertad de expresión. Nuestra base social que es rica y plural se debe ver representada en nosotros. Nada de monolitismo. Otra cosa es que las decisiones tomadas democráticamente se respeten. Las decisiones mayoritarias deben prevalecer pero sin renunciar a las ideas que puedan ser minoritarias en un momento dado, que serán permitidas, toleradas, e incluso alentadas.

4.- Debe ponerse en marcha una reforma profunda de nuestras organizaciones internas, incluso las emergentes que con el tiempo ya han adquirido los peores vicios de las antiguas: límite de dos mandatos dentro y fuera, incompatibilidad de cargos públicos e internos incluido Secretario General y candidato a las elecciones, respeto a las minorías, libertad de expresión, reducción de la profesionalización en la política, fortalecimiento de las primarias en todas las escalas, todo ello encaminado a un rearme ideológico.

5.- Trabajar en un programa que conecte y refleje con las inquietudes de nuestra base social, le duela a quien le duela, el Ibex 35, o Bruselas incluidos. Recuperación de nuestra norma básica: estamos y trabajamos para Transformar la sociedad no solo para interpretarla.

6.- No podemos ni debemos seguir dependiendo de elaboradores de encuestas y técnicos en marketing, hay que recuperar el mando ideológico para los políticos, para los ideólogos. Resulta un error que quienes diseñen nuestras tácticas y lo que es peor las estrategias sean gentes desideologizadas que puedan estar igual al servicio de Podemos o del PP. El partido no puede convertirse en una oficina de contratación sino que es un instrumento para transformar la sociedad. Aquí se viene a trabajar y a esforzarse no a colocarse.

7.- Abrir una profunda reflexión sobre el futuro autonómico de nuestro país buscando nuevas fórmulas, especialmente profundizando en un Estado Federal plurinacional. Como elemento puente se deben avanzar en planteamientos como el derecho a decidir o la Eurorregión que solucionen las viejas tensiones centro-periferia heredadas de la I Transición y desde luego con una nueva negociación del pacto fiscal sobre las aportaciones de las diferentes nacionalidades y regiones. En resumen buscar nuevas e imaginativas soluciones para viejos problemas.

8.- Trabajar desde la izquierda en la consolidación de la paz antes del final de esta legislatura, a través de movimientos que acaben con el desarme definitivo de ETA y la aplicación de medidas legales como el acercamiento de presos a sus lugares de origen y aplicación de beneficios penitenciarios en el caso de enfermos graves.

9.- Volver a trabajar desde el diálogo, la generosidad, la comunicación y el respeto el viejo concepto de «unidad de la izquierda» como paso previo a la necesaria de construcción de una «casa común de la izquierda» con habitaciones suficientes para que quepamos todas y todos, pero también con espacios comunes donde convivir. La existencia de tres partidos como PSOE, Podemos e IU, más otros periféricos se ha demostrado ineficaz para la defensa de nuestros intereses. Ha quedado comprobado de manera evidente en todo el fallido proceso de intento de montar un gobierno del cambio, de izquierdas.

10.- Reiniciar, recuperar, y reactivar la actividad de la Internacional Socialista como instrumento de coordinación de ideas y propuestas ante la crisis económica, pero también ante otras nuevas crisis como la de los refugiados. Dejarnos aconsejar por los pocos ideólogos que aún nos quedan a esa izquierda perpleja, acomplejada y paralizada, aunque ahora estén situados fuera de nuestros partidos.

11.- Recuperar los tradicionales valores de la izquierda: solidaridad, justicia, igualdad, más los nuevos de diálogo, imaginación, generosidad, valentía, siempre sin despegar los pies de nuestro suelo ideológico y codo con codo con nuestra base social, escuchando y atendiendo sus demandas.

Debemos reflexionar profundamente y elaborar las bases programáticas para un rearme ideológico de la izquierda. La mayoría de la sociedad, nuestra base social, necesita una izquierda fuerte y adaptada a los nuevos retos. No podemos, no debemos seguir a la defensiva como en la última etapa y hay que pasar de nuevo al ataque con nuestras propias ideas y soluciones.

Una última reflexión: Está claro que las piezas que fabricamos están saliendo defectuosas, eso puede ser porque la máquina que empleamos no es la adecuada, o que los operarios que las manejan no lo hacen correctamente. Aunque parece que es la suma de ambas circunstancias. El instrumento utilizado, la izquierda, el socialismo, el comunismo, o los nuevos partidos emergentes es poco eficaz y  necesitan algunas reformas como las que se señalan. Al igual que después del último fiasco resulta evidente que los operarios no son los adecuados y esos sí sería necesario cambiar, pero sustituyéndolos por quienes sean capaces de llevarnos en la dirección marcada y no justo en la contraria.

Las encuestas nos dan a la baja, al menos nuestra suma, por eso debemos hacer un profundo ejercicio de autocrítica, de análisis de los errores, para corregirlos y evitar en estos 48 días que le debacle sea definitiva.

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