Kepa Yecora y Amaia Zubieta
Portavoces de STEE-EILAS

PAI: la sordera de Iribas y la función de los sindicatos

El pasado 17 de septiembre a petición de varios grupos parlamentarios tuvo lugar una sesión de trabajo de la Comisión de Educación del Parlamento de Navarra. Por la mañana comparecimos representantes de todos los sindicatos de la educación pública y por la tarde fue el turno del señor Consejero de Educación. El objetivo de dicha comparecencia era valorar la situación de los PAI tras la dimisión de las personas responsables del programa y presentar propuestas en torno al tema.

A pesar de la discrepancia en la valoración de la conveniencia o no de seguir adelante con la implantación de este tipo de programas, hubo unanimidad sindical en muchas de las críticas que se vertieron: falta de planificación y de evaluación, de profesorado insuficiente con preparación adecuada para llevarlo adelante, de planes de formación... Los enfoques fueron diversos: algunos de los sindicatos pusieron el acento sólo en las condiciones laborales, otros en los objetivos marcados por la presidenta en televisión y su uso para frenar el avance del euskera. STEE-EILAS, además de compartir estos aspectos, manifestó su preocupación por las consecuencias, presentes y futuras, para el alumnado y para la pérdida de calidad del sistema público. Pero como ya hemos señalado, se trataba no sólo de valorar sino de hacer propuestas. Éstas fueron algunas de las que presentamos: realizar una evaluación delas competencias en distintas materias del alumnado que hasta ahora ha sido escolarizado en los PAI, comparándolos con grupos de control de las mismas características socioculturales que hayan trabajado con otro tipo de metodologías, y también del nivel de satisfacción de los centros en los que se imparten los programas ; planificar la enseñanza de todas las lenguas, propias y extranjeras, estableciendo objetivos claros para cada lengua y etapa educativa y dotando de recursos a los centros para que, en el ejercicio de su autonomía, realicen proyectos lingüísticos adaptados a su contexto; analizar lo que se hace en otros lugares de Europa donde las competencias en lenguas extranjeras del alumnado son mejores y en ningún caso han optado por esta metodología; examinar otras alternativas más viables, ya que está demostrado que el aprendizaje de una lengua extranjera a través de los contenidos no es la única vía ni la mejor en todas las edades ya que puede incrementar las desigualdades entre el alumnado. En resumen, pedimos que tanto el gobierno como los partidos que apoyan la implantación acrítica de los programas escuche las críticas, priorice los objetivos educativos y busque alternativas que sean beneficiosas para todos el alumnado, no para quienes tiene unas condiciones personales o familiares más favorables. Además, realizamos una propuesta muy concreta: realizar unas jornadas en la Universidad Pública para tratar el tema del aprendizaje de las lenguas. Unas jornadas que no partan de una postura preconcebida contraria o favorable, abiertas a la comunidad educativa, a la sociedad en general, con personas expertas en la materia que expongan las experiencias que se vienen desarrollando en otros lugares, sus logros y debilidades, sus beneficios y costes, para dotarnos de criterios objetivos y abrir un debate sobre el tema.

 Desafortunadamente el Consejero protagonizó un bochornoso espectáculo, un auténtico monólogo de sordo en el que nos dejó claro que no había escuchado nada de lo que se le había expuesto, que digamos lo que digamos va a seguir con su proyecto y que la confianza en el PAI se sustenta exclusivamente en la fe ciega en sus palabras. Lanzó una serie de números con decimales: 5´8, 8´3, 7´2......que supuestamente evidenciaban el tremendo éxito de los PAI y que serviría para acallar cualquier crítica, protesta o propuesta. Como no dio ningún dato sobre esta evaluación, como docentes le preguntamos: ¿En qué centros se ha realizado? ¿En qué niveles educativos? ¿Qué resultados obtiene el alumnado de otros centros educativos el alumnado del mismo nivel y de las mismas características? Porque si nos ponemos a lanzar números sin más, en cualquier centro, de cualquier modelo pueden decir que su alumnado obtiene medias de 6´3, 9´7...... y por tanto supera ampliamente al del PAI.

Entre las perlas de su intervención se ha subrayado su arremetida contra el mundo nacionalista acusándole de querer “uniformizar” utilizando ridículos topicazos que pueden servir para una película de humor, pero que no creemos que sean apropiados para una comparecencia parlamentaria. No merece la pena abundar en ejemplos de su nefasta perorata, pero queremos resaltar el enorme desprecio hacia las críticas de las organizaciones sindicales a las que solo reconoce que “puedan preocuparse de las consecuencias en las condiciones laborales”

A lo largo de la legislatura algunos grupos parlamentarios nos han invitado para escuchar nuestra opinión sobre distintos temas de política educativa: recortes en educación, infraestructuras escolares, política lingüística o igualdad… Agradecemos esta invitación, porque es la única oportunidad que se nos brinda como agentes educativos con discurso propio. Por el contrario, el departamento limita nuestra función a dar nuestra opinión (la negociación se ha convertido en un sueño) sobre contenidos estrictamente reducidos a condiciones laborales, condiciones que se interpretan cada vez de manera más restrictiva. Como resultado de la política mantenido por UPN, especialmente en la última legislatura, hemos pasado de negociar “Pactos por la mejora de la calidad educativa” a limitarnos a hablar de cómo aplican las itinerancias, las labores encubiertas del profesorado de religión, las horas de patios... y para más INRI, en muchas ocasiones ni siquiera responden a nuestras preguntas en Mesa Sectorial.

 Algunos sindicatos de educación, como legítimos representantes de las y los trabajadores del sector, trabajamos para ejercer la función que nos corresponde: ser interlocutores en materia de política educativa. En STEE-EILAS no queremos permitir que se nos relegue a un papel marginal y por tanto, utilizaremos todos los medios a nuestro alcance para que se nos escuche y se tengan en cuenta nuestras propuestas.

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