Javier Bediaga Sagardoy

A la atención de Agustín Goikoetxea

Mi nombre es Javier Bediaga Sagardoy, fui durante veinticinco años gerente y socio de la empresa Laneder Construcciones, SL, desde su fundación hasta abril de 2013, fecha en la que la empresa entra en concurso de acreedores.
Con relación al escrito aparecido en el diario GARA el 14 de agosto sobre el fallido Centro de Salud de Alonsotegi, me gustaría hacer las siguientes aclaraciones, ya que en el citado escrito se dicen bastantes cosas que no son verdad, supongo que sin mala fe, pero que no han sido debidamente contrastadas, a saber:
–La obra no se adjudicó en mayo de 2008. En esa fecha Laneder finalizó íntegramente la obra.
–La obra no está paralizada desde 2009, sino desde mayo de 2008 como he referido anteriormente.
–Laneder no quebró en el año 2009, presentó concurso de acreedores en abril de 2013, y no estaba en quiebra.
–Se dice que la empresa quebró dejando parte de la obra sin rematar y eso es totalmente falso. La obra la finalizamos en su totalidad y según el proyecto, tal y como se nos certificó por parte de la Dirección Técnica (y que se puede seguir viendo hoy en día).
Al margen de lo anterior, decir que la empresa Laneder Construcciones, SL cumplió perfectamente todas sus obligaciones, lo que no hizo el Ayuntamiento, que una vez finalizada la obra dejó de pagar a la empresa más de 1.100.000 euros, ocasionándonos alrededor de 300.000 euros de gastos bancarios, de los que solo se cobró una parte y tardando hasta finales de 2012, para cobrar el principal de la obra pendiente de cobro.
Este hecho, unido a otro impago por parte de la empresa Dolarea Hotela de Beasain, de 250.000 euros, según sentencia firme del Juzgado de Tolosa, y para la que habíamos ejecutado la obra de Rehabilitación del Caserío Dolarea, propiedad del Ayuntamiento de Beasain (y que se llamó a andanas), han sido las causantes principales de que nuestra empresa haya acabado en liquidación.
También podríamos dar las gracias a la Diputación de Bizkaia y a la Tesorería de la Seguridad Social que, con sus escandalosos recargos, no ayudan en nada al mantenimiento de las pequeñas y medianas empresas, sino más bien al contrario.
Mi objetivo fundamental con estas aclaraciones es que mi empresa, que ya ha pagado muy caras las actuaciones de dicho Ayuntamiento, no sea cuestionada por unos hechos que en ningún momento ocasionó, y que su nombre quede al margen de la inoperancia del Ayuntamiento.
En la confianza de que se difunda en su periódico dicho escrito, estoy a su disposición para aportarle toda la información al respecto.
Un saludo.

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