Javier Castejón Iriarte, miembro de AHT Gelditu

Ayuno semanal para rechazar el TAV

He leído en prensa que 9 personas van a realizar en Iruñea un ayuno para denunciar el proyecto del Tren de Alta Velocidad y exigir su paralización. Que haya personas que estén sin comer durante una semana por esta cuestión merece una seria reflexión y más tinta en los medios informativos.

Cuando la sociedad se harta de la gestión despilfarradora de los que están en el poder, las protestas van adquiriendo un cariz distinto y en mi opinión cada vez son más visuales y sonoras. Ante el muro silenciador de los medios oficiales, no nos queda otra opción que no sea la de chillar, gritar, protestar, con cacerolas o sin ellas, ayunando, o desobedeciendo normas tan injustas e ilegales como las que prohíben la denuncia de los recortes en edificios públicos. Es injusto que tal y como está el patio se derroche cientos de millones en líneas de alta velocidad deficitarias, mientras se condena a la muerte al tren convencional, tanto de pasajeros como de mercancías.

Cada vez la soga está más cerca. La realidad de los desahucios es sangrante, el desempleo es muy alto, el cierre de fábricas es el pan de cada día, y ahora resulta que el quiera protestar en el juzgado va a tener que pagar cientos de euros para hacerlo. Ya sabemos que las protestas en el Parlamento son acalladas o bien ni siquiera son discutidas determinadas mociones porque a los gobernantes actuales no les interesa hablar de temas que les resultan incómodos. Sinceramente, ¿qué pretenden con estas medidas tan injustas? Yo no haré el ayuno contra el TAV, pero prometo que dicha semana cuando tenga el plato delante de la mesa, me acordaré de ellos y ellas. Porque a este paso el TAV nos va a dejar el plato vacío.

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