Pablo López Zubikarai

Educación de personas sordas y lengua de signos

Carta abierta a Mari Luz Sanz, presidenta de Cermin.

El lunes 18 de abril la Confederación Española de Personas Sordas (Fiapas), a través de su presidente José Luis Aedo Cuevas y su Directora Carmen Jáudenes Casaubón, ha lanzado unas gravísimas declaraciones en nombre de la organización en las que ha advertido del riesgo de «analfabetismo» de los alumnos con discapacidad auditiva por el abandono de la lengua oral en su enseñanza.

Dicha declaración institucional carece de rigor científico, es contraría el actual marco legislativo español que propicia la convivencia de la lengua de signos y la lengua oral en materia educativa, así como las recomendaciones de la “Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” y aporta datos falsos ya que en los aún escasos proyectos educativos en los que se contempla esta metodología bilingüe nunca se ha trabajado únicamente con la lengua de signos en detrimento de la lengua oral, al contrario de lo que afirma Fiapas.

Evidentemente las reacciones no se han hecho esperar; y van desde la Confederación Estatal de Personas Sordas (una de las tres organizaciones a nivel nacional que trabaja en el ámbito de la discapacidad auditiva, junto a AICE y la propia Fiapas), asociaciones de familiares de niños sordos, etc., hasta entidades como el Colegio Gaudem o el Colegio El Sol, colegios de referencia en educación inclusiva.

Ha habido cartas dirigidas a Fiapas por parte de profesionales que llevan años trabajando en este terreno, y por supuesto infinidad de mensajes de personas sordas, familiares, signantes e implantados… La senadora sorda Pilar Lima ha hablado públicamente de «intereses económicos» detrás de las declaraciones de Fiapas y se refiere a ella como «organización que está dañando mucho el desarrollo de la personas sordas.» Y en todos los mensajes un nexo común, una palabra: sumar, frente a excluir.

Y un clamor: la  exigencia de respeto hacia el valor de la lengua de signos en el ámbito educativo, algo reconocido ya por infinidad e instituciones de todo el mundo y que Fiapas parece querer ignorar.

Se ha pedido al presidente de Fiapas señor Aedo que aporte datos reales y concretos sobre sus afirmaciones, que rectifique. Y por si fuera poco, en pocos días se llevan recogidas más de 3.500 firmas a través de Change.org; firmas que piden a las asociaciones que conforman Fiapas que cesen a su presidente y a su directora, a los ministerios que sostienen económicamente en más del 60% de su presupuesto que congelen los convenios hasta obtener informe del Observatorio Estatal sobre Discapacidad y a la Federación Europea de Padres Sordos que cese a su presidenta Sonia Zamora, que representa a Fiapas. Casi nada.

Pero han pasado días y no hay respuesta ni de Fiapas ni de las Asociaciones que la forman. Silencio. Sólo hemos oído al presidente decir, en unas declaraciones a la Cadena Ser que se hizo eco de la polémica, que no le hemos entendido. Pero sin aclarar, ni responder ni aportar dato alguno.

Sin embargo, en su página Facebook y en su web, Fiapas sigue difundiendo su propuesta «pseudoeducativa».

Me dirijo a usted para plantearle unas preguntas concretas. Y lo hago por su calidad de presidenta del Cermin, entidad que dice agrupar y representar a las personas sordas, y porque  forma parte de dicho Comité en representación de la asociación Eunate, integrada en Fiapas. Y también porque usted, sin duda, es una voz acreditada, ya que presidió Fiapas desde 2004 hasta 2012.

Las cuestiones que deseo plantearle son:

¿Asume y comparte la Asociación Eunate las declaraciones de Fiapas referidas al «analfabetismo», el uso de la lengua de signos y el resto de afirmaciones vertidas el 18 de abril?

¿Las asume usted?

¿Tiene algo que decir el Cermin?

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