Xabier Pérez Herrero

Gibelalde y los jóvenes

El presidente de Adegi se ha despachado con unas declaraciones en las que adjudica a los jóvenes guipuzcoanos carecer de "sed por los grandes esfuerzos, vivir demasiado bien, no tener hambre por mejorar, tener garantizado el futuro, resistencia a trabajar en el extranjero...". Incluso, llega a mencionar que... ¡no tienen hambre!, como elemento negativo a la hora de afrontar lo que él entiende por emprendimiento.

No tengo palabras para calificar esta absoluta falta de respeto al conjunto de nuestra juventud. Y no solo por cómo lo dice, sino porque además es rotundamente falso. Quizás en la realidad virtual de su particular mundo acomodado de la hight society prolifere el tipo de joven al que hace referencia, pero para nada se corresponde con el común de la inmensa mayoría de una juventud que lucha denodadamente por salir adelante en un contexto terrible y despiadado. Jóvenes a los que, de entrada, se les dice que se preparen para lo peor. Que disponer de un empleo digno y hasta aspirar a una modesta vivienda o una jubilación futura son exigencias y lujos imposibles y que se les acabó el "chanchullo" que hemos tenido nosotros, sus padres, al poder disponer de ello. Si este es el concepto de "vida acomodada" al que se refiere Gibelalde para nuestra juventud, no me quiero imaginar qué entiende por explotación. O sí, porque lo veo a diario.

Sr. Gibelalde: respeto; sólo eso, respeto.

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