Iñaki San Sebastián Hormaetxea

Rabo de PPaja ardiendo

Rita, la mejor, no ha sido suficientemente fuerte.  No ha resistido el abandono de los compañeros que regentan su propio partido y se ha ido sin previo aviso. Su repentino fallecimiento parece haber pillado desprevenidos, a demasiados «amigos de toda la vida». ¿Y? Pues que estamos teniendo la ocasión de ver, simultáneamente, sus caras compungidas y sus rabos de paja ardiendo escandalosamente. ¿No fueron ellos mismos, con el tristón Sr. Rajoy al frente, los que le arrinconaron en una esquina dorada del Senado, para que no estorbara en la sucesión de batallas electorales? Si en un momento dado los votos fueron más importantes que la persona, ahora no pueden pretender arreglar el desaguisado, con lágrimas de cocodrilo, una vez alcanzado su objetivo. Ya lo han conseguido y respiran tranquilos. Han vuelto a amarrar el Gobierno, con una oposición debilitada, y ahora pueden rendir culto a quien descansa en paz. Pues bien, con esta actitud, rezumando hipocresía por los cuatro costados, no pueden pretender engañar a nadie.
               
Este Partido Popular prepotente da un poco de miedo. Y mucho más ahora con un PSOE dividido y con la rodilla doblada. Quien abandona a los suyos por interés, con muchos menos remordimientos abandonará a quienes no considera del todo suyos. ¡Vivir para ver!… pero me atrevería a recomendar a Podemitas, catalanes y vascos eso de… ser fuertes.

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