Rajoy como el gran estratega que es, caricaturizado como el señorito paralizado ante la gran capital, Mariano Rajoy puso pie en Barcelona para la estrategia electoral Popular ante el 21-D: presentar la aplicación del 155 como el momento más brillante de una impecable hoja de servicios a España y Catalunya.

A Rajoy y a Puigdemont les viene bien que las elecciones del 21-D vuelvan a plantearse como otro épico duelo entre esos dos seres míticos y majestuosos: el pueblo catalán frente a la mayoría silenciosa; solo puede quedar uno. Una estrategia que les permite no perder nunca las elecciones y tener siempre razón porque suman a su favor a quienes les votan, a quienes no votan y a quienes simplemente están de viaje.

A ambos presidentes y sus partidos les apremia la misma necesidad electoral de no perder. También llamó a los españoles a comprar productos catalanes y que «no dejen de hacerlo nunca». Sus palabras llegan apenas un mes después de que su Gobierno impulsara y aprobara de manera exprés un decreto-ley que permitía agilizar y facilitar a las empresas la decisión de cambiar su sede social para trasladarla a otra comunidad autónoma del Estado español, lo que provocó que algunas grandes empresas o financieras como La Caixa se acogieran a este decreto para trasladar su domicilio social fuera de Catalunya.

En Catalunya, lo que cree que ha provocado la marcha de más de 2.000 empresas y entidades financieras. Lamentó que la economía catalana esté notando las consecuencias de las decisiones de los dirigentes independentistas, por lo que ve «urgente abrir una nueva etapa para que los catalanes no tengan que abonar la factura después de haber padecido la fractura y para que todo vuelva a la normalidad».

El Sr. Rajoy, aplicó 1) El art. 155. 2) Trasladar a poder ser todas las empresas fuera de Catalunya. 3) Cambio de actitud... la vuelta de las empresas. 4) ¿Qué sorpresa guarda, si pierde las elecciones el Sr. Albiol?

Salud y República,

Pedro Mari Usandizaga Añorga