Ibon Portillo Zorrilla I Gorliz

Sabino Arana

Tras ya 111 años que terminaran con la vida de Sabino Arana tras seguidas encarcelaciones, apedreamientos de su casa, clausuras y tergiversaciones sobre su postulado siguen y siguen vapuleando su figura. La mentira es su base y la ignorancia de esta caterva de españolitos de postal es terriblemente sombría pero debe de captar a todo enamorado de la cultura del torito bravo, ese símbolo de la nación vecina que muere día tras día torturado en una plaza redonda, menos mal que es su excelencia nacional. Hablan de un hombre amante de las tradiciones vascas y de su historia, y como dijo George L.Steer en su libro “El árbol de Gernika” fue el sentir de la clase media rural, acusándole como viene a ser tópico en sus columnas de racismo, machismo y demás calumnias que contrastando con sus escritos hay que ser maquiavélico para ver lo que ven, o ciertamente le temían porque veían en él al pueblo vasco levantado, puesto en pie, pidiendo simplemente justicia. Yo soy vasco, y nada más es el retumbe que todavía resuena en los tímpanos de esa España que no tolera que anhelemos nuestra independencia, y lo dijo en calidad de pueblo y no de persona. Y ciertamente veía lejos, muy lejos y no era un loco como ya dio cuenta de ello el restaurador de la monarquía borbónica y asesino de nuestros fueros Cánovas del Castillo, y precisamente ellos son los que demuestran con sus leyes, la diferencia entre ellos y nosotros. Siguiendo con Sabino, el mismo que ya denunció la explotación capitalista mostrando su preocupación por los obreros vascos, es tildado de todo lo contrario, y la sublimación que hace de nuestras características raciales como etnia fue simplemente debido a la agonía de un país camino al olvido, al precipicio de la historia. Un hombre que rechazando la autonomía se encamino hacia el único lugar que corresponde a este pueblo, la independencia, que se agarró a todo lo que nos avala el sitio en el mapa de las naciones no puede ser criticado más que por el temor que abone (y lo hizo) la mil veces arrasada tierra euzkeldun, y por nadie menos que el depredador bien alimentado. Despréndase también del disfraz nacionalista los que anteponen el dinero a la Patria siendo consecuentes con los postulados del prócer del partido en el que militáis puesto que esta juventud a la que Sabino no quiso mandar hacia el abismo está harta de tanta falsedad e intereses egoístas capitalistas. El nacionalismo propiamente es humanismo, y Sabino no atacó el socialismo, sino el falso socialismo español, y acometió contra los capitalistas. Hizo ver lo que permanecía tapado por mentiras y traiciones que no es otra cosa que esto no es España ni Francia y por mucho que os empeñéis, por mucho que vuestro trapo bicolor ondee en nuestras cimas como aquel fatídico día en la cruz del Gorbeia (qué provocación), de manos del ejército de ocupación, os equivocáis si creéis que la redención de Euzkadi es ya imposible. Goian Bego Sabin, Ze ikusten dabe neure begijok…

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