Oier Aranzabal

Zarautz, Zurekin y «Los 40 Summer Live»

Aparte del turismo masificado, hay pocas cosas que compartan Ceuta, Marbella, Motril, La Manga del Mar Menor, Mallorca, Tossa de Mar y Zarautz. Una de ellas es que los alcaldes de dichos municipios han creído formidable organizar el circo ‘Los 40 Summer Live’. La emisora 40 Principales, líder de audiencia en su sector en todo el Estado Español -salvo en la CAV- ha organizado un festival de música con la bendición del consistorio y de los hosteleros de Zurekin.

Estamos acostumbrados a que se mida el éxito o fracaso de un evento cultural con la calculadora, nunca transparente, de la hostelería. Pero en Zarautz vamos más allá y organizamos festivales ad hoc que benefician no se sabe a quién (o sí). Así es, el Ayuntamiento de Zarautz aplica, al menos en parte, una política cultural que no tiene en cuenta a los creadores y actores culturales, y piensa más en no se sabe qué intereses que dudosamente benefician a los zarauztarras

Tal y como se ha señalado al comienzo, Gaztea es líder en ese sector en la CAV por encima de los 40 principales. Pero aun teniendo esa radio-televisión pública vasca, «instrumento fundamental para la supervivencia y normalización del euskera», el Ayuntamiento de Zarautz da luz verde a un festival de marcado cariz español, organizado por @Los40_Spain, del grupo Prisa.

Más dudas sobre esta cita en la que participa de forma activa el Excelentísimo Ayuntamiento de Zarautz. ¿Los organizadores utilizarán el euskara en dicho evento? ¿Emplearán los mismos carteles y mensajes que han usado en Ceuta y Marbella? ¿Les han pedido que incluyan a grupos vascos (zarauztarras) en el cartel? La respuesta es evidente: no. Está claro que «Los 40 Summer Live» será enteramente en cristiano, como corresponde a un festival con referentes españoles, hecho por españoles y para españoles.

Es una vergüenza que, con la cantidad de iniciativas y grupos culturales que tenemos en Zarautz, el Ayuntamiento recurra a una cadena privada que tiene sus intereses económicos (y políticos) para organizar un festival. Es penoso que el Ayuntamiento discuta las políticas culturales sólo con el sector hostelero, en vez de hacerlo con los agentes culturales. Hemos pasado de políticas participativas a decisiones unilaterales sin sentido que gentrifican la cultura. Quizás, para sobrevivir, los creadores y actores culturales deberíamos empezar a servir cañas en plena zona saturada.

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