Cinismo y escasa altura de miras con la incineradora

La Audiencia Provincial de Gipuzkoa hizo pública ayer una sentencia que desestima el recurso de GHK contra el swap que el Consorcio de Residuos firmó junto con los préstamos para construir la incineradora en febrero de 2011, meses antes de las elecciones forales y celebrado con dos banquetes. El fallo da validez al contrato y obliga a seguir pagando alrededor de 600.000 euros mensuales, lo que supondrá un perjuicio a las arcas públicas de alrededor de 60 millones.

Uno de los argumentos utilizados en el recurso para subrayar el carácter especulativo del contrato es que no tenía relación alguna con la financiación de la incineradora. La realidad viene a corroborar ese punto, ya que apenas se utilizaron 9 de los 175 millones en préstamos disponibles que, por cierto, sí pudieron ser anulados, mientras el swap permanece inalterable. Rechazando el recurso la Audiencia vuelve a dar la razón a quienes consideran que este contrato no fue un seguro de cobertura contra una posible subida de los tipos de interés, sino una obligación añadida con el objeto de blindar un proyecto de incineradora ampliamente rechazado. Los responsables de la firma del swap y actuales gestores de la Diputación deberían explicar qué clase de contrato es aquel que se firma sin posibilidad de cancelación.

En lugar de ello han utilizado la sentencia para atacar al anterior Gobierno acusándolo de dilapidar dinero público, al tiempo que ocultan su responsabilidad y desvían la atención sobre el extraordinario costo del actual proyecto de incineradora que hipotecará durante 35 años las cuentas de Gipuzkoa. En este contexto, el argumento del actual socio del PNV, el PSE, diciendo que esa cantidad podría dedicarse a políticas sociales, cuando han convertido el AGI en un programa testimonial, no es presentable. El cinismo que muestra el actual Ejecutivo foral de Gipuzkoa en esta cuestión es síntoma de voluntad de imposición, falta de sensibilidad social y escasa altura de miras.

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