El informe sobre la situación económica y las relaciones laborales presentado por el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) aportó datos estadísticos que describen claramente las principales tendencias que se observan en nuestra economía desde hace mucho tiempo. La llamada recuperación económica esconde en realidad un escenario poco halagüeño.

Del documento destacan tres datos. El primero es la pérdida de peso de la industria durante los años de la crisis, tanto en riqueza creada como en empleo. Por mucho que se hable de competitividad, internacionalización y planes industriales, durante años la principal orientación de la industria vasca ha sido la de abastecer el mercado interno del Estado. La decadencia de ese mercado ha arrastrado al abismo a una industria dependiente y sin planes alternativos. El segundo es el hecho de que mientras el PIB ha recuperado las cifras previas a la crisis, la economía ha perdido casi 75.000 empleos. El informe constata que el descenso del paro se debe, sobre todo, a la evolución demográfica. Además, el empleo se ha desplazado de la industria hacia los servicios que, en general, es de peor calidad, con menores salarios y peores coberturas. La misma riqueza creada con menos empleo –y de peor calidad– confirma que la desigualdad en la distribución de la riqueza ha aumentado. Estamos, por lo tanto, ante una recuperación económica que empobrece a la mayoría. El tercer dato a considerar hace referencia al retroceso de la negociación colectiva que cada vez cubre a menos trabajadores. Y a pesar del acuerdo interprofesional de enero, los convenios propios continúan decaídos. Clara señal del golpe asestado por la reforma laboral a los derechos de los trabajadores es el hecho de que las negociaciones de los convenios sectoriales duren de media casi un año más que en 2005.

El informe del CRL puso ayer cifras al actual modelo económico de desindustrialización, desigualdad y dependencia con el que la patronal y el PNV se sienten cómodos.