Gernika, 80 años con la mirada hacia adelante

Hoy hace 80 años que la legión Cóndor bombardeó Gernika por orden de Francisco Franco, según aseguran las máximas autoridades en la materia, empezando por el académico Xabier Irujo, cuya reciente obra sobre la materia va camino de convertirse en una de las principales referencias sobre lo ocurrido en Gernika.

Son muchos, sin embargo, los que niegan la autoría intelectual del bombardeo. También hay quien mantiene que fueron poco más de cien los muertos, e incluso hay quien, a través de una espectacular carambola, niega que el Estado español sea el responsable del bombardeo porque en 1937 el Gobierno español legítimo era el republicano, el cual, obviamente, no ordenó destruir la villa vizcaína. El bombardeo es la mejor muestra de que aquello que ahora se ha dado en llamar «batalla del relato» no es algo nuevo; ni tampoco algo que arranque con ETA, ni mucho menos. Es un fenómeno que sigue el hilo histórico de este país, agarrados al cual podríamos remontarnos también a 1512, sobre cuya naturaleza sigue habiendo, cinco siglos después, interpretaciones contrapuestas. Es probable que las siga habiendo transcurridos otros cinco siglos; será el mejor síntoma de que esta nación sigue existiendo.

La cuestión del relato es delicada y requiere de la máxima precisión y la mayor honestidad. Probablemente sea absurdo presentarlo como batalla, pues las batallas se ganan o se pierden, mientras que el relato difícilmente llegará a ser nunca uno solo –es decir, difícilmente se impondrá uno–. Así, lo deseable no es tanto ganar una batalla, sino que el relato de cada cual sirva no para acumular agravios y sumar puntos en un perverso sistema de contabilidad moral, sino para dejar constancia de lo ocurrido, remarcar su importancia en la historia propia, y celebrar que, como pasó en Gernika, pese las toneladas de bombas y mentiras arrojadas sobre lo sucedido, aquí sigue habiendo un pueblo que trabaja y pelea por su futuro.

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