Martxelo DÍAZ

«Los malos sueños de René Petit», la pesadilla del recrecimiento de Esa

Los afectados por el recrecimiento de Esa llevan décadas luchando contra este proyecto, que no se sostiene ni económicamente ni medioambientalmente y genera serios problemas de seguridad. Situada a caballo entre Aragón y Nafarroa y lejos de los centros de decisión, esta zona ha sufrido silencio y ocultación, lo que el documental «Los malos sueños de René Petit» quiere superar dando a conocer esta realidad tan próxima y, al mismo, tiempo tan lejana.

Elaborado conjuntamente por Eguzki Bideoak y los colectivos Aturando Yesa, Asociación Río Aragón y Yesa + No Lanak Gelditu, el documental se estrenará este jueves en los cines Golem de Iruñea. Habrá proyecciones a las 19.00 y a las 21.00, y de los cinco euros que cuesta la entrada, la mitad se destinará a los colectivos que luchan contra el recrecimiento. Asimismo, se han puesto en marcha dos webs www.losmalossueños.com (con eñe), en castellano, y www.amesgaiztoak.com, en euskara. A las proyecciones asistirán el geólogo de la Universidad de Zaragoza Antonio Casas, uno de los protagonistas y eje conductor del documental, junto a Víctor Iguázel (Río Aragón) Iker Aramendia (Yesa + No Lanak Gelditu) y Santxikorrota (Eguzki Bideoak). Estos tres últimos han explicado a GARA la aventura de un proyecto que nació de un encuentro casual entre gente que trabajaba en distintos ámbitos y que ha tenido una gestación de 18 meses.

«Veíamos que llevábamos más de veinte años de lucha y que no había un documental que recogiera todo eso. Existe un documental que se titula `Quiero vivir aquí', en torno a las expropiaciones de 2004, pero faltaba uno que abarcara toda la problemática de Yesa, que es muy amplia», comenta Iguázel, que subraya la importancia de que este conflicto se conozca también en Nafarroa.

Aramendia destaca que esta producción ha llegado en un momento clave en la lucha contra el recrecimiento, con deslizamientos incontrolados tras el anuncio del presidente de la CHE, Xavier de Pedro, de que seguirán con las obras pese a quien pese.

Santxikorrota, por su parte, pone en valor la colaboración entre grupos de Aragón que llevan años luchando contra este macroproyecto en su territorio, colectivos similares de la zona de Zangoza y una plataforma como Eguzki Bideoak, vinculada a los movimientos sociales y con sede en Iruñerria. «Somos tres colectivos de tres mundos muy distintos», señala.

Dieciocho intensos meses

En estos 18 meses de producción del documental, el entorno de Esa no ha dejado de generar noticias, todas preocupantes, lo que ha obligado también a repensar la propia filmación. «En este tiempo, se ha ido al guano la carretera de Pintanos, hemos tenido el desalojo de Lasaitasuna por el primer deslizamiento, las nuevas grietas que han salido el último mes y que han hecho desmoronarse la ladera derecha en la zona de obras... Y está todo lo que ha habido con la carencia de planes de evacuación, que han dejado en manos de los ayuntamientos, han aplicado la cuarta modificación del proyecto, que ya ha triplicado su presupuesto inicial...», rememoran los tres.

Tampoco olvidan la criminalización de la protesta, reflejada en las expropiaciones de Artieda, un pueblo referente en la lucha contra el recrecimiento, y las cargas de la Guardia Civil.

La inseguridad es uno de los elementos que aparecen resaltados en el documental, en el que se recuerda que, ya en la década de 1930, René Petit, el ingeniero que levantó la actual presa, mostró sus temores por la inestabilidad del terreno en el que se asienta y descartó rotundamente una ampliación. La obra de la actual presa se convirtió en una pesadilla para el ingeniero nacido en Irun. De ahí el título del documental.

Pero también recoge la locura económica que supone el recrecimiento, supuestamente justificado para regar en Bardenas a pesar de que no está proyectado un canal más grande que el actual o para agua de boca para Zaragoza en base a unos cálculos que no se sostienen a poco que se analicen.

Apuntan a que los intereses del proyecto se dirigen más a las grandes constructoras que están llevando a cabo el recrecimiento, como FCC, ACS o Ferrovial-Agromán, con estrechas conexiones con los poderes políticos del Estado español.