Maite UBIRIA

La Fiscalía impide a Jakes Esnal salir tres horas de prisión pese a llevar casi 30 años entre rejas

El preso lohizundarra Jakes Esnal cumplirá 30 años en prisión el próximo mes de abril. Condenado a cadena perpetua tras su detención, en 1990, el juez aceptó recientemente su solicitud para salir de la prisión de Saint-Martin-de-Ré durante tres horas. La Fiscalía «antiterrorista» parisina ha bloqueado, sin embargo, ese permiso para que el preso pudiera acudir a una prueba deportiva, que contaba con el aval de jueces y dirección de la cárcel.

Concentración en Donibane Lohitzune para exigir la libertad de Esnal en noviembre de 2018. (Isabelle MIQUELESTORENA)
Concentración en Donibane Lohitzune para exigir la libertad de Esnal en noviembre de 2018. (Isabelle MIQUELESTORENA)

El preso de Donibane Lohizune Jakes Esnal lleva en prisión desde que fuera detenido junto a Ion Kepa Parot y Frédéric Xistor Haranburu en abril de 1990. A esos tres arrestos se sumó, ya en el Estado español, el de Unai Parot.

Esnal, al igual que los otros dos detenidos en abril de 1990 en Lapurdi, fue condenado a cadena perpetua, pero con un periodo de seguridad de 18 años, por lo que podría haber aspirado a obtener la libertad condicional hace ya doce años. Su primera demanda de libertad condicional, presentada en 2014, le fue rechazada en 2016.

Ahora, el preso lohizundarra ha visto como le han denegado un permiso de salida para poder asistir, junto a varios presos más de la prisión de Saint-Martin-de-Ré, a una prueba deportiva, concretamente a una marcha rápida de dos horas treinta de duración «bajo escolta de los vigilantes penitenciarios».

Según ha dado a conocer el vespertino francés “Le Monde”, el prisionero labortano solicitó esa salida «bajo vigilancia» de la prisión de Saint-Martin-de-Ré y el juez de aplicación de penas de París firmó la correspondiente autorización, con fecha de 31 de enero.

Sin embargo, el parquet o Fiscalía «antiterrorista» de París presentó un recurso, que tiene carácter suspensivo. En consecuencia, el 4 de febrero los otros tres presos salieron de la cárcel para tomar parte en la carrera, pero Jakes Esnal se quedó en la cárcel.

El Fiscal calla, los jueces argumentan

La Fiscalía parisina, señala el rotativo galo, se ha negado a justificar una decisión que, sin embargo, está avalada por distintas instancias.

De hecho, el juez del Tribunal de Aplicación de Penas (TAP) desgranó en dos folios los motivos para aceptar el permiso solicitado por el veterano preso labortano.

El magistrado hace constar así el informe favorable a ese permiso emitido por el juez de La Rochelle, localidad de la que depende la prisión y también del servicio penitenciario para la reinserción de los presos.

Es más, el director de la cárcel emitió «un informe muy favorable, en el que se hacía constar el comportamiento ejemplar de Jakes Esnal».

Literalmente, la dirección de la cárcel escribe que el preso vasco « cumple su pena sin causar incidentes y desde el respeto al personal de la prisión, por lo que una salida reglamentada cobra pleno sentido».

Vista de condicional, el 13 de marzo

El lohizundarra, que está a la espera de que se materialice su acercamiento a la prisión de Lannemezan, tiene pendiente de resolución una segunda demanda por la que solicita completar pena fuera de prisión. Esa segunda petición se analizará el próximo 13 de marzo.

En el marco de ese proceso de valoración destinado a valorar si Esnal reúne las condiciones para salir de prisión el permiso del 4 de febrero acordado al preso y bloqueado por la Fiscalía debería haber servido, precisamente, para «evaluar su comportamiento fuera de la cárcel».

Al igual que el caso de Esnal, la justicia gala ha venido denegando las sucesivas demandas de libertad condicional presentadas por Ion Kepa Parot y por Xistor Haranburu.

De ahí que, la defensa de los tres labortanos activara, hace ya unos dos años, una segunda vía: una petición de gracia presidencial sobre la que Emmanuel Macron todavía no se ha pronunciado.

En esa iniciativa o que se solicita es que el reloj se pare el próximo abril, o lo que es lo mismo, que se conmute la pena de perpetuidad por la de 30 años a Haranburu, Esnal y Parot. 

Según recuerda el ex presidente de honor de la Liga francesa de Derechos Humanos, Michel Tubiana, «de haber sido condenados en España por unos delitos cometidos en España esos presos habrían sido condenados a una pena máxima de 30 años de prisión».

Ensañamiento injustificable

Tubiana considera que la denegación de un permiso de tres horas a un preso que lleva tres décadas encarcelado es un acto de «ensañamiento injustificable» a cargo de la Fiscalía antiterrorista de París.

Según ha podido saber GARA, la asociación Etxerat tiene previsto ofrecer una rueda de prensa esta semana en Baiona para valorar esa decisión de la Fiscalía de impedir la salida de Esnal de prisión, aunque solo fuera por tres horas y bajo custodia.

Cabe recordar que los artesanos de la paz también han apuntado a la Fiscalía anti terrorista como un obstáculo mayor cara a profundizar en cambio de política penitenciaria que se aplica a los presos vascos en el Estado francés y que ha permitido que la mayoría de los miembros de EPPK estén en dos cárceles cercanas a Euskal Herria, Lannemezan y Mont-de-Marsan.

En ese sentido resultaron especialmente elocuentes las críticas del presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray, a ese ministerio público, en el contexto rechazo a la última demanda de libertad condicional presentada por Xistor Haranburu.

El alcalde de Baiona aseveró que si los presos que demandan la libertad condicional -hablaba de Xistor, de Parot y de Esnal, pero también de la kanboarra Lorentxa Beyrie- no fueran vascos «estarían ya en libertad».

Una preocupación compartida por la presidenta de Bake Bidea, Anaiz Funosas, quien recordaba en entrevista con GARA que «un paso» con los presos más veteranos sería el gesto que esperan en este 2020 en el que, con el apoyo de sociedad civil y la mayoría política de Ipar Euskal Herria, se marcan el objetivo de abordar una nueva fase, que «debe conducir a un país sin presos ni exiliados».