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Estados Unidos y los talibanes firman un histórico acuerdo de paz

Estados Unidos y los talibanes han firmado este sábado en Doha un histórico acuerdo de paz que incluye el intercambio de miles de prisioneros, la reducción de tropas estadounidenses en Afganistán y el comienzo de conversaciones entre los insurgentes y el Gobierno afgano.

El representante de EEUU, Zalmay Khalilzad, y el líder talibán, mulá Abdul Ghani Baradar, se dan la mano tras la firma del acuerdo en Doha. (Giuseppe CACACE/AFP)
El representante de EEUU, Zalmay Khalilzad, y el líder talibán, mulá Abdul Ghani Baradar, se dan la mano tras la firma del acuerdo en Doha. (Giuseppe CACACE/AFP)

Estados Unidos y los talibanes afganos han firmado este sábado un histórico acuerdo de paz en la capital de Qatar, Doha, en presencia de observadores internacionales y dignatarios de diversos países, entre ellos los ministros de Exteriores de Turquía y Pakistán, además de una amplia delegación insurgente.

El pacto ha sido firmado por el representante especial de Estados Unidos para la paz, Zalmay Khalilzad, y el líder talibán, mulá Abdul Ghani Baradar.

Ambos representantes han sellado luego el acuerdo con un apretón de manos y los numerosos talibanes presentes en la sala de la ceremonia en un lujoso hotel de Qatar han gritado «Alá es grande».

Antes de la firma han pronunciado un breve discurso el jefe de la diplomacia qatarí, Mohamed bin Abdulrahman al Zani, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, y Ghani Baradar.

Intercambio de prisioneros y repliegue

El acuerdo contempla una reducción inicial de tropas estadounidenses en un plazo de cuatro meses con vistas a una retirada total de las fuerzas internacionales en 14 meses. «Estados Unidos reducirá su contingente de fuerzas a 8.600 efectivos en un plazo de 135 días a partir del anuncio de esta declaración conjunta», según el texto.

Otro de los puntos del acuerdo es el intercambio de miles de prisioneros como gesto destinado a instaurar la confianza entre ambas partes. 

Así, antes del 10 de marzo serán puestos en libertad más de 5.000 prisioneros talibanes y más de mil capturados por las fuerzas afganas apoyadas por Washington. Ese mismo día comenzarán las conversaciones entre los insurgentes y el Gobierno afgano.

Además, el Gobierno afgano abrirá un periodo de discusiones con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para retirar a los miembros de los talibán que figuren en su lista de sanciones antes del 29 de mayo de 2020, o menos de 30 días después de que los talibán y el Gobierno de Kabul hayan firmado su hipotético acuerdo bilateral de paz.

Pompeo, que ha llegado este sábado a Doha para participar en el histórico evento, ha afirmado que lo logrado hasta el momento «no es perfecto, pero los talibanes han demostrado que pueden ser pacíficos cuando quieren».

Anoche concluyó una semana de reducción de la violencia de los talibanes en Afganistán, una de las condiciones de Washington para la firma del acuerdo y una prueba de buena voluntad por parte de los insurgentes.

«Solo el principio»

«Habrá tentaciones de declarar la victoria, pero la victoria para EEUU será cuando sus ciudadanos no tengan que temer ya ninguna amenaza de ataque desde Afganistán», ha advertido Pompeo que ha añadido que el la firma del acuerdo es solo el principio y que «hay una gran cantidad de trabajo por hacer en el frente diplomático».

Por su parte, el firmante talibán ha asegurado que se trata de un evento histórico que «también es bueno para la comunidad internacional», y su líder, el emir Hebatulá Ajundzada, ha reclamado el acuerdo como una victoria ha advertido a sus combatientes de que incumplir los términos del mismo sería un «gran pecado».

Los talibanes dieron comienzo al proceso para llegar hasta aquí en febrero de 2018, cuando su oficina política en Doha urgió a Washington a tomar parte en un diálogo directo después de años de negativas.

En octubre de ese mismo año, Khalilzad y líderes de los insurgentes mantuvieron la primera de más de una decena de rondas de diálogo en Qatar.

El pasado setiembre, el presidente de EEUU, Donald Trump, canceló abruptamente los encuentros en respuesta a un atentado en Kabul en el que murió un estadounidense, si bien el proceso se retomó a finales de noviembre tras una visita del dirigente a Afganistán.