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IRURTZUN

Inasa Foil anuncia el cierre de su planta de Irurtzun

La empresa Inasa Foil ha comunicado hoy a la consejera de Industria del Gobierno de Nafarroa, Lourdes Goicoechea, la decisión de cierre inmediato de la factoría de Irurtzun, que emplea a 168 personas.

Trabajadores ante la fábrica de Inasa de Irurtzun. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)
Trabajadores ante la fábrica de Inasa de Irurtzun. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)

Inasa ha comunicado a las autoridades laborales la aplicación de un ERE de extinción para 155 de los 168 trabajadores a los que emplea en Irurtzun, mientras que los 13 restantes se quedarán para las tareas relativas al cierre.

La empresa argumenta su decisión de cerrar la factoría de Irurtzun en que la segunda mitad de 2011 estuvo marcada por una caída de ventas a consecuencia de la crisis financiera y, en el primer trimestre 2012, los aumentos en el coste de la energía y el metal y los precios de venta más bajos han provocado un deterioro de márgenes aún mayor.

Inasa indica que ello se ha dado en un contexto de creciente competencia de países de bajo coste, incluyendo mayores importaciones desde China en el mercado estatal y europeo, lo que hizo que los primeros esfuerzos de reestructuración en 2011 «no fueran suficientes para asegurar la supervivencia de la factoría de Irurtzun»

En la primera mitad de 2011, Inasa, que fue comprada por Bavaria Industrie Kapital en 2010, acordó una primera reestructuración en la factoría con 26 despidos y una reducción salarial.

«Los altos salarios de Inasa impedían competir y por ello el Consejo decidió aplicar la reforma laboral aprobada recientemente por el Gobierno como vía necesaria para la viabilidad», afirma la empresa, que asegura que este plan evitaba despidos, al tiempo que «permitía la supervivencia de la factoría y se estaba actualmente negociando con la banca acreedora sobre el mismo».

La dirección sostiene que se convocó una huelga indefinida en la factoría desde el 24 mayo «con un impacto gravísimo en las relaciones de clientes, pérdida de los principales clientes y, lo que es peor, la destrucción de la confianza en la capacidad industrial de Inasa como proveedor».

«Lamentamos el haber tenido que tomar esta decisión; sin embargo, con la huelga indefinida, las condiciones económicas finalmente han forzado seguir esta línea», alega la dirección.