Beñat Zaldua
Barcelona
Interview
Marcos Andrés Armenteros
Trabajador de Telefónica despedido

«Persistir es la clave»

Marcos Andrés Armenteros es el artífice de la huelga de hambre que cinco trabajadores –ahora cuatro– de Telefónica comenzaron el pasado 5 de noviembre para exigir su readmisión después de que fuese despedido por estar de baja médica. Tras casi tres semanas sin ingerir alimentos, explica a NAIZ cómo lo llevan.

Marcos
Marcos

Llevan 16 días de huelga de hambre. En primer lugar, ¿cómo están?
Bueno, estamos como estabilizados, pero cada día más bajos; esta semana ya hemos notado un bajón serio; lo que nos van diciendo los médicos se va cumpliendo a rajatabla. Hace dos días estuve con bastante dolor de cabeza, el cuerpo está muy raro y ya a partir del décimo día vas notando la energía más floja. Pero bueno, vamos controlándolo con los médicos y de ánimos estamos fuertes.

La empresa sigue sin dignarse a reunirse con ustedes. ¿Cómo combaten este silencio?
En cierta manera, ya nos lo esperábamos. Por eso recurrimos a una herramienta, la huelga de hambre y el encierro indefinido. Porque hoy en día, las huelgas, tal y como tienen diseñado el mundo laboral, donde está todo atomizado en subcontratas, subcontratas y más subcontratas, con las plantillas cada vez más reducidas, una huelga les hace cosquillas. Si no haces una cosa a la altura de la agresión, no hay manera. Y creo que la única manera es perjudicar su imagen, contando la verdad que hay detrás de la mentira que ellos muestran, que es que no hay la más mínima humanidad, más bien lo contrario. Lo único que les interesa es el dinero y para ganar más dinero vale todo; vale despedir por bajas médicas, vale acabar con una plantilla que tenía un convenio digno, vale despedirte del trabajo, vale todo. Una medida como esta es importante porque está empezando a despertar el interés de los medios y se está haciendo pública la injusticia que se ha hecho aquí dentro. Y luego está la persistencia; yo creo que persistir es la clave.

¿Cómo se toma una decisión tan drástica como iniciar una huelga de hambre?
Yo había ganado un primer juicio; ya estaba trabajando otra vez. Pero en el segundo juicio, la jueza dice que fue un despido improcedente, no nulo. Eso sí, dijo que se trataba de que la empresa aplicó el artículo de una forma inconstitucional. Es decir, que es un improcedente que se salta a la torera la Constitución. Aquí estamos hablando de que para hacer un referéndum o no sé cuántas cosas, habría que cambiar la Constitución, que es algo sagrado; y, sin embargo, las multinacionales se permiten el lujo de saltársela a la torera. Lo que pasa es que con un improcedente estoy otra vez en la calle. Con los compañeros nos miramos a la cara y nos preguntamos, ¿y ahora qué hacemos? Pues algo contundente. Y esto es lo que se nos ocurrió.

Los medios hasta ahora les han silenciado, pero parece que se empieza a abrir una brecha. ¿Cómo lo ven?
Los medios más independientes, los que están, digamos, más combativos y los que quizá no dependen de patrocinadores como Telefónica, están aquí desde el primer día, como vosotros. Pero en los que tienen a Telefónica como uno de sus patrones cuesta mucho romper el cerco. Pero también tenemos la sensación, más bien la certeza, de que el sistema tiene sus fallas. Y una de sus fallas es que por dinero o por inercia, si un medio empieza a sacarnos, enseguida empezarán a venir otros. Eso es lo que nos está pasando. También políticos de izquierda, con toda la campaña, nos están dando apoyo, así que parece que está empezando a abrirse una brecha, pero es lento.

¿Cómo están los ánimos para seguir? ¿Hasta cuándo?
Los ánimos están bien. Vamos a ir midiendo y escuchando lo que dicen los medios, pero bueno, nos metimos aquí para conseguir lo máximo y aquí vamos estar hasta que veamos que podemos estar, sin que nadie se haga daño. Lo importante es que los ánimos están bien.