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DONOSTIA

Trabajadores de Fagor se manifiestan este viernes por las calles de Arrasate

Trabajadores de Fagor Electrodomésticos están convocados este viernes a una manifestación a las 12.00 del mediodía en Arrasate ante la situación creada en la coooperativa, que ha presentado un preconcurso de acreedores. El hermetismo y la incertidumbre continúan en torno al proceso.

Trabajadores de Fagor Electrodomésticos, a la salida de la reunión en el teatro Amaia de Arrasate. (Raul BOGAJO/ARGAZKI PRESS)
Trabajadores de Fagor Electrodomésticos, a la salida de la reunión en el teatro Amaia de Arrasate. (Raul BOGAJO/ARGAZKI PRESS)

Este viernes, desde las doce del mediodía, una manifestación de los trabajadores de Fagor Electrodomésticos recorrerá las calles de Arrasate.

El hermetismo y la incertidumbre que rodea a este proceso desde que ayer la compañía anunciara en un críptico comunicado que había solicitado el preconcurso de acreedores ha continuado en este jueves, en la que se han sucedido las reuniones entre socios cooperativistas, alcaldes de la comarca y responsables institucionales sin que se hayan despejado muchas de las dudas que angustian a los afectados.

Esta ha sido la idea general transmitida por los socios cooperativistas al abandonar la reunión celebrada esta misma mañana «por tandas» en un teatro de Arrasate con representantes de la junta directiva de la empresa con el objetivo, al parecer no satisfecho, de ofrecerles más información sobre su futuro.

«No hay nada claro. Si hay que hacer frente a las deudas -más de 800 millones de euros- creo que tendríamos que salir corriendo», comentaban al abandonar la sala los socios de la empresa, quienes se lamentaban de que, en principio, pasan todos a engrosar las listas del paro.

La incertidumbre de ayer ha dado paso al pesimismo entre los afectados, algunos de los cuales aseguraban a los periodistas que son «muchos» -1.800- para ser recolocados en otras cooperativas del grupo, otros temían por sus «aportaciones» y otros incluso por su patrimonio debido a su condición de socios de la empresa.

«Yo ya no tengo Navidades», afirmaba a Efe otro de los afectados por la gravísima situación de una cooperativa que, durante lustros, ha sido el buque insignia de la Corporación Mondragón, el grupo cooperativo más grande del mundo, que en 2010 suponía el 3,1% del PIB de la CAV y el 7,4% del industrial.

Fuentes de Fagor Electrodomésticos han explicado a Efe que de las trece plantas que la compañía tiene en el mundo, solo están en funcionamiento las guipuzcoanas de Eskoriatza (ollas) y Bergara (calentadores a gas), aunque también pararán en los próximos días.

De esta manera, las cinco plantas vascas (San Andrés, Garagarza, Basauri, Bergara y Eskoriatza) y las repartidas por el Estado fracés, Polonia y Marruecos cerrarán, mientras que parece una incógnita lo que ocurrirá en China al tratarse de una joint-venture.

La condición de cooperativa de Fagor Electrodomésticos hace que todo el proceso sea peculiar ya que, de hecho, algunos trabajadores, concretamente los de la línea Edesa, están acogidos al régimen de cotización de la Seguridad Social, mientras que los de Fagor Electrodomésticos pasarán a cobrar una prestación equivalente al 80% de su salario a través de Lagun Aro, la aseguradora del grupo Mondragón, que deberá hacer frente a elevadas cantidades de dinero.

Efecto dominó

Esto demuestra también el efecto dominó que tendrá la crisis de Fagor Electrodomésticos dentro de todo el grupo Mondragón y también en muchos de los proveedores que le sirven suministros y que, desde hace meses, sufrían impagos.

Fagor Electrodomésticos ha asegurado que, con el objetivo de «salvaguardar el máximo número de empleos», la Corporación creará una Oficina de Empleo corporativa que reforzará las unidades de promoción dentro del grupo y emprenderá cualquier iniciativa encaminada a generar nuevas actividades y puestos de trabajo, a la que aportará 50 millones de euros.

El grupo destinará a este fin la misma cantidad de dinero que le demandó hace unos días Fagor Electrodomésticos y que la Corporación le denegó para no comprometer el futuro de otras cooperativas, cuyo emblemático modelo, puesto como ejemplo en todo el mundo, también ha temblado con la crisis económica.

No obstante, la compañía dispone de un plazo de hasta cuatro meses para ampliar las vías de negociación necesarias para alcanzar un acuerdo con sus acreedores, iniciadas semanas atrás con la Corporación Mondragón, el Gobierno de Lakua, la banca y el resto de acreedores para afrontar los pagos inmediatos que permitirían normalizar su actividad.

En estos cuatro meses, la compañía tendrá que intentar renegociar su deuda y elaborar un plan de viabilidad, que establecerá con exactitud el número de socios que dejarán de trabajar en la empresa, que podría salvar algunas de sus líneas de negocio y cerrar otras, tras reducir en cinco años sus ventas un 37% por el desplome del consumo, la incorporación de competidores «low-cost» procedentes de China, Turquía y Corea y la caída de los márgenes de beneficio.

Fagor Electrodomésticos tampoco ha sido muy explícita a la hora de aclarar el riesgo que podría correr el patrimonio de los socios y se ha limitado a aclarar a Efe que, en todo caso, su «responsabilidad» ante de la deuda de la cooperativa «es limitada».

La Corporación Mondragón, a la que pertenece Fagor, se ha comprometido a gestionar de la manera «menos traumática posible» la situación de los excedentes laborales de la compañía, a través de reubicaciones, prejubilaciones o indemnizaciones.