El diputado foral de Medio Ambiente, Iñaki Errazkin, acompañado por la directora de este departamento, Ainhoa Iraola, han presentado en una rueda de prensa en Donostia este plan, que contempla diez líneas de trabajo, que se desarrollan a través de 48 acciones.

Errazkin ha explicado que el punto de partida de esta iniciativa es que el «modelo energético de Gipuzkoa es insostenible», ya que sólo el 6% de la energía consumida en el herrialde proviene de fuentes renovables y el 94% de combustibles sólidos –gas natural, carbón y derivados del petróleo–.

Ha recalcado asimismo que Gipuzkoa soporta una «enorme dependencia energética», ya que el «95% de la energía» consumida en el herrlaide es generada en el exterior.

Además, «las fluctuaciones en su precio tienen un impacto creciente» ya que, a pesar de tener un consumo energético constante durante los últimos años, o tal vez algo menor, «la factura energética de Gipuzkoa es cada vez mayor», ha apuntado.

De esta manera, en el período 2006-2011, con un consumo prácticamente invariable, la factura energética de Gipuzkoa se ha incrementado un 50%.

El análisis del consumo de todo el territorio arroja la cifra per cápita de que cada guipuzcoano «paga anualmente 3.000 euros por energía», ha recalcado Errazkin, quien ha matizado que dentro de esta cantidad se incluye el consumo global de todos los sectores.

El área industrial y el de los transportes suponen el 82% del consumo energético en Gipuzkoa que, según ha recalcado Errazkin, no cumple con los objetivos marcados por la Unión Europea en cuanto a eficiencia energética.

Para paliar esta situación, el Gobierno foral ha puesto en marcha este plan, cuyo contenido ha sido desgranado por Ainhoa Iraola, quien ha enumerado los objetivos que se persiguen, entre ellos, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, promocionar el ahorro y la eficiencia energética, fomentar las energías renovables, difundir una nueva cultura energética, conceder ayudas a ayuntamientos e impulsar la industria del sector energético.

El plan consta de diez líneas estratégicas, que se desarrollarán a través de 48 acciones, entre las que figuran la concesión de ayudas a pymes para realizar auditorías y adoptar medidas de ahorro energético, la unificación de los contratos energéticos forales, y la regulación por parte de la Diputación de la iluminación de vías y carreteras para sustituir las actuales lámparas por otras nuevas, entre otras acciones encaminadas al apoyo de las «energías limpias».