«Me dio muchísima pena» lo ocurrido, ha manifestado el párroco, que trasladará personalmente su decisión al obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, de dejar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Hondarribia, a la que llegó hace cuatro años.

Etxabe ha dicho que mantiene el llamamiento a la convivencia y a la paz que realizó en su homilía. «Es un reto y lo conseguirán», ha agregado.

Este párroco lamentó en la eucaristía que ofició el pasado día 10 el «deleznable espectáculo» ofrecido por los vecinos de la localidad durante la celebración dos días antes del Alarde, en el que la compañía mixta Jaizkibel volvió a desfilar en un ambiente de gran tensión, entre plásticos negros, pancartas y el sonido de silbatos con el que los partidarios del Alarde discriminatorio expresaban su rechazo.

En plena misa, una feligresa subió al altar y se hizo con el micrófono para afear las palabras de Etxabe. El párroco se ha limitado a comentar que se va por la «experiencia vivida», por el «retroceso de este año el día 8, el día del Alarde». Se trata de una «gente maravillosa, extraordinaria, que yo no sé qué pasa en días especiales», ha lamentado.