En la resolución, presentada por Geroa Bai, el Parlamento de Nafarroa considera «necesaria» la apertura de un nuevo tiempo político «que supere la regresión democrática de los últimos años».

Así, se insta al Gobierno del Estado a «atender de forma prioritaria las problemáticas sociales que han llevado a la ciudadanía a manifestarse de forma masiva en reiteradas ocasiones en los últimos meses», adoptando una nueva agenda social. Tanto UPN como PPN han rechazado este punto, mientras que cuatro parlamentarios del grupo Podemos Ahal Dugu-Orain Bai se han abstenido y los demás han votado a favor, al igual que Geroa Bai, EH Bildu, PSN e IE.

En un segundo punto, la Cámara emplaza al Gobierno español a «atender y respetar las decisiones e iniciativas legislativas de diversa índole que adopten el Parlamento y el Gobierno foral». Este epígrafe ha obtenido el respaldo de los grupos del cuatripartito, la abstención del PSN y el rechazo de UPN y PPN.

Desde el hemiciclo, además, se conmina al Ejecutivo navarro a «iniciar de inmediato conversaciones» para la negociación del Convenio Económico correspondientes al siguiente quinquenio.

En esta misma línea, se pide la asunción por parte de Nafarroa de las competencias aún no transferidas por el Estado, estableciendo un calendario de trabajo para su materialización en el plazo de seis meses y otorgando un lugar preferente a las de I+D+I, tráfico, instituciones penitenciarias y salud laboral. Estos aspectos han sido apoyados por todos excepto UPN y PPN, que han votado en contra.

También se «urge» a que «las discrepancias se aborden desde el diálogo y la negociación, posibilitando una relación caracterizada por la bilateralidad efectiva y evitando la utilización de recursos ante el Tribunal Constitucional de las normas aprobadas en esta Cámara». La votación ha sido similar al punto anterior.

La exposición de motivos recoge que la relación institucional del Estado con Nafarroa en los últimos años ha estado caracterizada por una «visión centralista» con respecto al autogobierno del herrialde, donde «la tónica habitual por parte del Estado ha sido el rechazo, el conflicto y la judicialización para con las iniciativas legislativas emanadas de este Parlamento».

«En el nuevo tiempo, diálogo y negociación», ha pedido Unai Hualde, de Geroa Bai, que se ha dirigido a UPN y PPN al afirmar que «no es tiempo de suprimir disposiciones transitorias cuartas y reducir márgenes de capacidad de decisión de los navarros, sino que es tiempo de oportunidad para ampliar derechos» y desarrollar el autogobierno de Nafarroa «de manera efectiva».

Bakartxo Ruiz, EH Bildu, ha afirmado que esta propuesta «es casi como una carta al Olentzero», pues refleja el deseo de abrir un escenario político «y quizás es mucho creer».

La parlamentaria de Podemos-Orain Bai Laura Pérez ha mostrado ciertas «dudas» acerca de esta moción, pues no hay que «hacer creer lo que no es».
«No podemos engañarnos ni caer en la ilusión de que se abra un nuevo escenario político si siguen en vigor la LOMCE, la ley Mordaza, las reformas laborales, los mismos presupuestos del PP o la protección de los corruptos», ha reivindicado Pérez, que ha hablado también de presos políticos y de los jóvenes de Altsasu.

La portavoz del PSN, María Chivite, ha asegurado que le «alegra muchísimo que el partido de la presidenta apueste por un diálogo con el partido de España», tras pedir que «no caigan en la tentación de situarse como enemigos del PSOE, como UPN y PP».

Por IE, José Miguel Nuin ha apoyado la iniciativa porque el nuevo tiempo tiene que ser «muy diferente» al que había con el Gobierno del PP y debe «caracterizarse por una nueva agenda social».

Javier Esparza, UPN, ha considerado que «la mejor colaboración que pueden tener con el Gobierno de España es ponerse de acuerdo para que cumpla todos aquellos acuerdos que UPN alcanzó con el Gobierno anterior».

Ana Beltrán, PP, se ha mostrado «radicalmente» en contra de la moción, que a su juicio pide «que el Gobierno de España haga la vista gorda cuando este Parlamento se quiera saltar la Constitución» para que éste pueda «legislar a su antojo y sin cortapisas».