Ni siquiera el hecho de que el conjunto de Asier Garitano jugara desde minuto 71 con un jugador menos por la autoexpulsión de Juanmi por una protesta, y con dos menos desde el minuto 83 por la exclusión también de Theo por otra acción irreflexiva, un bofetada a un rival, ha servido a los locales para haber rescatado un punto.

La Real se ha llevado un triunfo más fruto del trabajo que de la brillantez, que ha escaseado durante todo el choque en ambos lados del terreno de juego, y también por la inoperancia local en el remate por segundo partido consecutivo.

Ambos equipos han disputado una primera parte atascada porque nadie ha sido capaz de tener clarividencia a la hora de poner buenos balones a sus hombres más adelantados y en la que prácticamente todo se ha fiado al juego a balón parado, mientras que en la segunda la situación ha variado sensiblemente y con algo más de determinación y menos miedo a los errores ha supuesto un juego más vistoso y entretenido.

Cada falta en campo contrario ha sido una peregrinación de los jugadores con posesión para intentar sacar partido de la estrategia, por muy lejos que estuviera el golpe franco porque parecía la única forma de sacar réditos en los primeros 45 minutos.

Aparte de los balones parados el Huesca lo ha fiado casi todo a los lanzamientos largos en los que la zaga donostiarra ha tenido siempre ventaja mientras que la Real, dominadora del balón gracias a su intensa presión y posterior recuperación, ha movido el esférico pero tampoco ha sido capaz de encontrar vías francas al corazón del área local al tener que jugar de una forma que no es habitual en ella.

Los hombres de Asier Garitano han volcado el juego por la banda derecha donde un hiperactivo Mikel Oyarzábal ha penetrado con cierta clarividencia aunque luego sus galopadas no han encontrado buena finalización.

El conjunto donostiarra ha dado en primer aviso en el minuto 21 en una falta cerca del costado derecho del área local que se ha envenenado y que ha obligado al meta argentino Axel Werner a quitársela de encima con muchos apuros.

Tras el dominio inicial visitante el conjunto de Leo Franco se ha sacudido ese estigma y con empuje, más que con calidad y fútbol, ha rondado en varias ocasiones el área del Gero Rulli aunque el meta argentino ha sido un espectador más del partido.

Solo Álex Gallar ha dispuesto de una ocasión para poner a prueba la valía del cuestionado Rulli, en el minuto 25, pero su remate ha sido abortado por el cuerpo de su compañero ‘Cucho’ Hernández.

El balón parado le ha concedido una nueva opción al equipo foráneo al borde del descanso con una falta botada por Rubén Pardo que se ha paseado por delante de Werner a lo largo del área pequeña y a la que tres realistas no han llegado.

En la segunda parte, con menos rigor táctico los dos contendientes y menos fuerzas para las coberturas el partido se ha hecho de ida y vuelta con un equipo azulgrana más decidido en busca de la victoria y que ha tenido en los minutos 47, 53 y 63 las primeras ocasiones por medio de Melero, Moi Gómez y Ferreiro.

Y como le ha ocurrido al equipo aragonés en el anterior encuentro contra el Rayo el partido se ha decidido por el mínimo acierto, que en esta ocasión también ha caído del lado visitante.

Un robo de balón de Theo en el minuto 65 en las cercanías del área azulgrana ha permitido ceder un balón de oro al borde del área a Mikel Merino que ha definido con calidad con un remate colocado junto al poste.

Con el marcador en contra el Huesca ha quemado sus naves y se ha ido arriba a la heroica ante una Real que los primeros minutos de inferioridad no ha pasado agobios pero que con la expulsión de Theo ha sufrido tremendamente.

El equipo aragonés ha tenido varias ocasiones en el área pero no ha sido capaz de materializar. La más clara, un remate al poste de Melero en la prolongación.