Marisa de Simón, que ha cerrado esta tarde la primera ronda de intervenciones de los portavoces parlamentarios en el Debate sobre el Estado de Nafarroa, ha reconocido que ha habido «momentos de tensión política» con sus socios del cuatripartito «cuando se ha tratado de implementar una agenda más nacionalista».

No obstante, ha señalado, en esos momentos I-E, pese a ser «una formación minoritaria» en el Parlamento navarro, no se ha dejado «torcer el brazo».

Ha recordado que la legislatura partió en 2015 «de una situación de brutales recortes» y de «emergencia social, desempleo masivo y pobreza».

El cambio político, ha declarado, ha sido «de fondo» y ha supuesto «un giro de rumbo», como revela, ha dicho, que los presupuestos hayan crecido desde 2015 en 552 millones de euros, de ellos 384, el 70%, destinados a aumentar la inversión social, sanidad, educación y derechos sociales.

De Simón ha destacado que I-E se reafirma «sin dudas y con plena responsabilidad» en la decisión que tomaron en 2015 de apoyar al Gobierno del cambio y ha apuntado que fue una decisión «absolutamente necesaria y absolutamente acertada».

Ha admitido que esta legislatura ha habido «desencuentros o fracasos», entre los que ha citado la lista única de educación, la OPE de educación, el rechazo a la banca pública, la fiscalidad de grandes empresas, la apuesta de Geroa Bai por el TAV, el fracaso en acordar un Plan de Empleo con los agentes sociales, la falta de avances en la reducción al mínimo legal de la carga de enseñanza religiosa y que la apuesta por la enseñanza pública no se haya producido con la velocidad que deseaban.

Todas estas, ha indicado, «serán las prioridades de I-E para el futuro próximo», junto a cuestiones como el desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas o la reducción de la siniestralidad laboral.