Gotzon ARANBURU
IRUN

El misterio desentrañado del barco de Newport

El año 2002, en la ciudad galesa de Newport estaban excavando el lecho del río, en el estuario, para construir un centro de artes escénicas. Durante las labores de excavación para el foso de la orquesta, los obreros iban hincando pilotes de hormigón, hasta que en un momento dado comprobaron que no asentaban bien. Los arqueólogos bajaron a mirar qué podía causar el problema… y se encontraron con un barco de madera de 26 metros, perfectamente conservado.

El barco de Newport fue hallado en 2002. (WIKIPEDIA)
El barco de Newport fue hallado en 2002. (WIKIPEDIA)

Enseguida percibieron los vecinos de Newport el potencial que encerraba el descubrimiento. En vez de dejar que el pecio fuera extraído y llevado a algún oscuro almacén, empezaron por formar la asociación Friends of the Newport Ship (en su página web figura una ikurriña en primer plano…) y montaron guardia en el estuario, para que nadie se llevara el barco. Al mismo tiempo, los arqueólogos e investigadores comenzaron a buscar información asociada al pecio y llegaron a la conclusión de que debía de tener origen ibérico, porque aparecieron monedas portuguesas y cerámica también ibérica.

El proyecto lo lideraba un dendrocronólogo y arqueólogo, Nigel Nayling, que se entregó a la labor de datar el barco, consiguiendo completar una serie media cronológica con las muestras extraídas de 31 tablas del casco. Tal resultado es difícil de conseguir en el análisis dendrocronológico de un barco de madera, porque solían presentar múltiples reparaciones, y si tal reparación se había llevado a cabo en un puerto de Lisboa, pues los carpinteros habrían utilizado la madera que tuvieran a mano en Lisboa, y lo mismo vale para Bilbo o Arcachon, pongamos por caso. Sin embargo, las tablas del casco raramente se sustituían, por lo que Nigel se centró en ellas para su exitoso análisis.

Cuando llegó la hora de comparar los resultados de la serie obtenida por Nayling con las referencias británicas existentes, comprobó inmediatamente que la madera del casco no era de procedencia británica, pues en Reino Unido disponen de unas extraordinarias referencias dendrocronológicas, que cubren un largo periodo histórico; si no había sincronización, era seguro que la madera no era inglesa. Y no la había.

Como es obligado en investigación colaborativa, el siguiente paso de Nigel fue difundir la serie que había completado, enviándola a todos los laborarios que conocía en Europa, para ver si en alguno conseguían descubrir su origen. También a Arkeolan llegaron los datos y la petición, en 2005. En aquel momento, Arkeolan no tenía desarrollada la curva de referencia como la tiene ahora, y la comparación arrojó resultado negativo, exactamente igual que en el resto de laboratorios europeos. El misterio seguía sin desentrañarse.

En los años 2011-2012 Arkeolan se hizo con una magnífica colección de muestras de maderas, en su mayoría procedentes de edificios y caseríos de Araba, con muchos anillos de crecimiento y por tanto mucha información dendrocronológica, lo que permitió al laboratorio vasco extender el extremo inferior de sus curvas desde el siglo XV hasta el siglo XIII.

«Siempre que se hace un avance significativo en las curvas de referencia, en la herramienta que tú utilizas para datar, revisas aquellos casos que han quedado sin respuesta anteriormente, por si en la nueva situación hay sincronizaciones. Y eso es exactamente lo que pasó con el barco de Newport: lo comparamos con las nuevas referencias de que disponíamos y la sincronización resultó perfecta» nos cuenta Josue Susperregi en el laboratorio de Arkeolan en Irun.

Origen vasco

Recibida la tan ansiada información, Nigel Nayling no tardó en venir a Euskal Herria, para revisar codo con codo con Josue todas las dataciones realizadas y comprobar de primera mano que el trabajo de Arkeolan era absolutamente fiable. Tras una semana pegado al microscopio y al ordenador, concluyó con un rotundo «Congratulations, Josue». El misterio quedaba desentrañado, al menos en gran parte, pues aún falta por conocer su nombre y el puerto en que se construyó.

El descubrimiento del origen vasco del pecio de Newport conllevó la primera publicación de Susperregi en una revista científica de alto nivel, ‘The International Journal of Nautical Archaeology’, donde recogía la historia de la investigación vasco-galesa y el desarrollo de la dendrocronología en la península ibérica. Susperregi confía en que un futuro cercano se pueda concretar al menos el territorio histórico en que fue fabricado el navío, y quizá hasta en qué astillero, lo que a su vez facilitará considerablemente la búsqueda de la documentación histórica asociada al mismo.

Los laboratorios de dendrocronología europeos van avanzando hacia una estructura de intercambio de datos en red, una especie de Interpol de la madera arqueológica, que permita a los asociados buscar en ese repositorio digital la información necesaria para datar una pieza que haya terminado muy lejos de donde fue talado el árbol originario.