Los escasos movimientos producidos tras el anuncio del Gobierno Sánchez de una nueva política carcelaria y las perspectivas de futuro son abordadas por Jon Olarra, uno de los representantes de EPPK, en una extensa entrevista para ‘Deia’ desde la cárcel granadina de Albolote, donde cumple condena.

Sobre las opciones de empezar a vaciar las cárceles, Olarra destaca que «no es suficiente con el empuje de la sociedad civil, los partido políticos y las instituciones, hace falta también una disposición gubernamental para que se nos aplique la legislación ordinaria, la que se aplica al conjunto de la población reclusa». Recuerda que ello «daría como resultado una rápida resolución con la mayor parte del Colectivo, que tendría acceso al tercer grado y con el mismo a las pernoctas y a las libertades condicionales. Y con aquellos y aquellas que aún tienen largas condenas abogamos por buscar fórmulas para un tipo de excarcelaciones tempranas».

Este debate se cruza ineludiblemente con el de las víctimas. Preguntado por la cuestión de la «autocrítica», Jon Olarra recuerda que tanto EPPK como ETA y la izquierda abertzale al completo la han hecho estos últimos años, a lo que añade: «Los presos y presas políticas vascas estamos dispuestas a aportar nuestro esfuerzo para abrir un debate sobre la reconciliación en Euskal Herria, pero para ello necesitamos interlocutores, precisamente aquellos que como nosotros han sido también causantes de mucho sufrimiento y dolor».

«El marco resolutorio debe contar con la parte social representada en el Foro Social Permanente. Es imprescindible el concurso de las instituciones vascas. Y en el tercer vértice, con los propios sujetos de resolución que somos los presos y presas y los huidos y huidas», dice Olarra, para concluir que «esa es la vía Zaballa que propugna EPPK».

Sobre la diferencia entre las palabras y los hechos del Gobierno Sánchez, el representante de EPPK resume que «seguimos igual que antes. Seguimos igual que con el PP. Con los compañeros con enfermedaes incurables apenas se ha hecho un movimiento absolutamente insuficiente. Seguimos alejados, seguimos en primer grado y seguimos con situaciones cada vez insostenibles como las que padecen nuestros compañeros que aún siguen en módulos de aislamiento o nuestras compañeras que aún están solas, es decir, siendo la única presa política vasca en esas prisiones». «Cada vez nos entran más dudas de su voluntad de poner la política penitenciaria en acuerdo con su propia legalidad», apostilla Olarra.

Diferente es su consideración sobre la actitud del Ejecutivo francés, con los acercamientos a Mont de Marsan y Lannemezan: «Ese modelo está en la buena direccción, el Gobierno francés está siendo efectivo y no está haciendo distinción entre los presos a la hora de aplicar el acercamiento».