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Madrid deroga una medida que dificultaba la excarcelación de los presos enfermos

El Gobierno español ha derogado la instrucción 3/2017, una medida de excepción implantada por el anterior Ejecutivo que dificultaba la puesta en libertad de los presos enfermos. A su vez, ha creado un protocolo para determinar el estado de salud de esos presos más allá de su esperanza de vida, pero que sigue dando todo el poder a Instituciones Penitenciarias.

Imagen de archivo de una movilización a favor de la excarcelación de los presos enfermos. (Iñigo URIZ/FOKU)
Imagen de archivo de una movilización a favor de la excarcelación de los presos enfermos. (Iñigo URIZ/FOKU)

El Gobierno de Mariano Rajoy implantó en febrero de 2017 la instrucción 3/2017, una medida de excepción que limitaba a criterios temporales la gravedad del estado de salud de un preso enfermo, complicando así su puesta en libertad.

Ahora, y según publica ‘El Correo’, el Ejecutivo de Pedro Sánchez creará un protocolo que valorará el estado de salud de los presos enfermos teniendo en cuenta, además de criterios temporales, otros más ligados a la «calidad de vida» del preso. Así, no solo se valorará la expectativa de vida del recluso enfermo para decidir sobre su excarcelación.

Con el nuevo protocolo –firmado el pasado 17 de diciembre por el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, y que se remitirá a los directores de los centros penitenciarios–, los médicos tendrán que clasificar entre una puntuación de 100 –vida normal y sin evidencias de la enfermedad– a 0 –fallecimiento– a los presos candidatos a la excarcelación por motivos de salud.

Será el director del centro penitenciario quien remita después el informe a los jueces de Vigilancia Penitenciaria –en los casos más urgentes– o a la Junta de Tratamiento para su valoración de cambio de grado, por lo que la última palabra sobre la puesta en libertad de un preso enfermo la seguirá teniendo Instituciones Penitenciarias.

Once minutos de silencio

Precisamente hoy, vecinos de Errenteria se han movilizado a favor de la libertad de Aitzol Gogorza y Mikel Arrieta, presos vascos originarios de la localidad guipuzcoana que padecen enfermedades graves e incurables.

Un silencio que se ha alargado durante once minutos ha dado pie a la lectura del comunicado final.