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Madrid

Junqueras: «El derecho a la autodeterminación es irrenunciable»

Tras deliberar sobre las alegaciones planteadas, Ha llegado uno de los puntos álgidos del proceso contra los líderes independentistas: la declaración del presidente de ERC y exvicepresident de la Generalitat, Oriol Junqueras, que afronta la petición de pena más grave: 25 años.

«Yo no voy a renunciar a mis convicciones democráticas y entiendo que las acusaciones no van a dejar de perseguirme por ello. Se me acusa por mis ideas. Estoy en un juicio político. Por ello no contestaré a las preguntas de las acusaciones». Así ha comenzado su declaración Junqueras, anunciando que solo iba a responder a las preguntas de su abogado, Andreu Van den Eynde.

El presidente de ERC ha declarado en castellano, después de que el juez Manuel Marchena no admtiera la traducción simultánea y sí la consecutiva. «Así me puedo dirigir además al conjunto de la sociedad española. He dicho muchas veces que amo a España», ha explicado Junqueras.

Respondiendo a las preguntas de Van den Eynde, Junqueras ha repasado su trayectoria profesional y ha explicado la ideología de su partido, ERC. «Antes que independentistas somos republicanos, y antes que reúblicanos somos demócratas. Y antes que demócratas somos buenas personas», ha afirmado. Asimismo, ha insistido en que «el derecho de autodeterminación es un derecho democrático», por lo que «nunca va a renunciar a él». En este sentido, Junqueras ha puesto varios ejemplos en los que se ha aplicado dicho derecho, como en Reino Unido, Suecia o Canadá. Respecto a este último ejemplo, ha recordado que «la respuesta del Tribunal Supremo canadiense fue admitir que hay que dar salida política a las reivindicaciones de los ciudadanos», algo que ellos siempre han intentado.

No obstante, ha lamentado la actitud del Estado español respecto al intento de llegar a una solución dialogada: «Nuestra disposición para encontrar una solución política sigue plenamente vigente pero la silla de delante siempre estuvo vacía». «Siempre hemos pedido una solución multilateral pero aquí trasladan la responsabilidad política a los tribunales», ha denunciado.

«Nada de lo que hemos hecho es delito»

Junqueras ha negado las acusaciones y los delitos de los que se le acusa: «Nada de lo que hemos hecho es delito. Nada. Es evidente que las acusaciones dirán lo que crean más oporturno; pero estoy absolutamente en contra, la argumentación de las acusaciones no se sustenta».
 Ha negado además cualquier vía violenta para conseguir la independencia, alegando que «cualquier objetivo noble puede resultar inmoral si los medios son indecentes».

En cuanto a la organización del referéndum del 1-O, el presidente de ERC ha declarado que «no se nos puede acusar de haber hecho nada de forma poco transparente», para a continuación reivindicar que «nuestra actividad política siempre ha sido legítima». Sin embargo, ha recordado que en la ley presupuestos se preveía una partida destinada a procesos participativos. Partida que, según ha explicado, «nunca se destinó al reférendum». «No se destinaron fondos públicos para el referéndum», ha insistido.

Sobre el día del referéndum de autodeterminación, Junqueras ha querido explicar que fue a votar a su colegio electoral, pero no pudo porque «los Mossos no dejaban hacerlo», por lo que tuvo que votar en otro centro, dado que el censo era universal. Respecto a la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Junqueras ha denunciado la utilización de materiales que estaban prohibidos, como las pelotas de goma. «Toda la opinión internacional vio la ciolencia con la que se comportaron», ha subrayado. Además, ha denunciado que «cerrar locales electorales y hacerlo con la violencia que se hizo no era para impedir que se votara porque se podía votar en cualquier sitio». Aquella violencia, en su opinión, fue para «generar un ambiente de crispación».

A su juicio, la declaración de independecia «fue la respuesta al mandato dado por las urnas del 27-S y del 1-O». En virtud de ello y de cara al futuro, Junqueras ha subrayado que «solo podremos garantizar la convivencia si hay un reconocimiento de igual a igual», remarcando también que «la sociedad catalana quiere una solución política que después pueda votar».