Mikel Zubimendi

Farsa informativa sobre el puente de Las Tienditas

En Las Tienditas no se ha bloqueado ningún puente. Por la sencilla razón de que el puente está bloqueado desde el día en que terminó su construcción, a principios de 2016.

Imagen del puente de Las Tienditas que ha recorrido el mundo. (AFP)
Imagen del puente de Las Tienditas que ha recorrido el mundo. (AFP)

Históricamente, los golpes de Estado se solían negar o silenciar, no era algo anunciado de antemano y coreografiado. Pero en el caso de Venezuela, el guión ha cambiado, de manera insólita. Tras más de dos décadas de ir con todo y a por todo contra la Revolución Bolivariana, de golpes de Estado con secuestro incluido de Hugo Chávez, paralización de la industria del petróleo, sabotajes a la economía interna, cierre de grifos financieros internacionales, «guarimbas» que llegaron a quemar a gente viva en las calles o intentos de magnicidio con drones contra el presidente Nicolás Maduro, ahora han nombrado y reconocido como presidente a un desconocido que se ha autoproclamado como tal.

El nuevo desorden mundial está servido en el menú. Ya avisan a Nicaragua y a Cuba de que lo de Venezuela solo es un entremés, que luego vienen el primer y segundo plato, que la derecha ha cerrado filas y van a ir a degüello. Tales amenazas podrían ser interpretadas como fanfarronadas, pero visto los acontecimientos de las últimas horas no hay motivos para el optimismo. Suenan fuertes vientos con olor a pólvora, y mantenerse firme y a la vez sereno se antoja necesario.

En este movido panorama, todos miran al puente de Las Tienditas, que separa en unos cientos de metros a dos conciertos de música, y ambos responden a fines opuestos. Uno de ellos, el promovido por el multimillonario británico Richard Branson con el nombre de Venezuela Aid Live que, bajo el estricto cronograma de la Administración de EEUU, sirve al autoproclamado Guaidó en su afán de introducir «ayuda humanitaria» en Venezuela, si es posible por las buenas y si no por las malas. Y como el Gobierno venezolano ya anunció que no está autorizado el ingreso «por las buenas» todo indica que podría haber una operación (militar) para concretar la entrada «por las malas». El otro, contraprogramado como acto de reivindicación de la paz y la soberanía nacional.

El puente de Las Tienditas ha sido portada en los grandes diarios internacionales. La imagen impactaba. En un puente desierto, contenedores cruzados para impedir el paso de la «ayuda humanitaria». Una imagen que querían grabar para la historia, como una imagen irónica del «alzamiento contra Maduro». La realidad, sin embargo, nos muestra que esa fotografía ha sido utilizado para ilustrar una de las noticias falsas más flagrantes, otra más, que acompañan esta operación de golpe de Estado.

No, en Las Tienditas no se ha bloqueado ningún puente. Por la sencilla razón de que el puente está bloqueado desde el día en que terminó su construcción, a principios de 2016. Nunca fue inaugurado y hace tres años que muestra la misma impactante imagen. Su historia puede resumirse en pocas líneas. Frente a una frontera colapsada por la intensidad del tránsito, los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Hugo Chávez, en alguno de los escasos momentos en que las relaciones entre los dos países no eran tan malas, acordaron su construcción. Empezaron las obras en 2014 y veinte meses después estaban terminadas. O casi. Colombia nunca construyó las correspondientes instalaciones aduaneras porque ya estaba claro que el puente no se utilizaría. Los colombianos aseguran que por decisión de Caracas. Los venezolanos aseguran que por decisión de Bogotá. Lo mismo ocurre con el financiamiento. Los colombianos sostienen que se pagó a medias. Los venezolanos sostienen que todo el dinero lo pusieron ellos. Lo que está fuera de discusión es que Colombia levantó una impresionante reja en la mitad del puente que impide desde hace mucho tiempo el paso.

Si uno mira con atención las fotos que se hicieron famosas, puede ver las rejas adelante de los contenedores. El «fake news», la diferencia entre lo publicado y la realidad no es inocente. Presentar al Gobierno bolivariano levantando muros en su frontera, para evitar que llegue «ayuda humanitaria» para sus ciudadanos, no contribuye a mejorar la imagen internacional de Maduro, justo cuando es en el terreno internacional donde se juega está la principal batalla.