Los manifestantes se han reunido bajo el lema 'Marcha cero por la tolerancia' y han recorrido varias calles de la capital italiana, desde la Piazza del Popolo hasta el Castel Sant'Angelo. Han portado pancartas con diferentes escritos como 'Demasiados curas pedófilos' o 'El milagro: creer al Vaticano'.

Peter Isely, portavoz americano de la organización ECA (Ending Clergy Abuse), una de las organizaciones más activas, ha dejado claro que ya no bastan los eslóganes: «Exigimos que cualquier sacerdote, monje o hermano que abuse sexualmente de un menor sea expulsado del clero y acto seguido puesto en manos de las autoridades para que la justicia ordinaria lo juzgue y acabe en prisión».

Isely, que fue violado durante su infancia por un sacerdote de Wisconsin, ha prometido que seguirán haciendo ruido hasta que haya tolerancia cero. En la práctica, lo que le piden al Papa Francisco es que los curas abusadores acaben como el arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick, que durante décadas uno de los hombres con más poder en la Iglesia católica en Estados Unidos, y terminó sin poder administrar sacramentos, presentarse o vestirse como un sacerdote, ni tanto menos recibir asignación económica.

«Pedimos que todos los casos de pederastia en la Iglesia tienen que ser denunciados a las autoridades y que haya tolerancia cero para los sacerdotes que han abusado de menores y para los obispos que lo han encubierto: que sean expulsados del sacerdocio inmediatamente», ha considerado por su parte, Miguel Hurtado, la primera víctima que denunció abusos sexuales cometidos por el monje de Montserrat Andreu Soler.

Desde el pasado jueves 190 participantes, entre presidentes de todas las Conferencias Episcopales del mundo, religiosos y otros expertos han debatido en el Vaticano sobre cómo atajar el problema de los abusos sexuales en la Iglesia católica. Las distintas ponencias han girado en torno a la asunción de responsabilidades, la rendición de cuentas y la transparencia.

Archivos destruidos

El presidente de la Conferencia Episcopal alemana arzobispo de Munich y Frisinga, el cardenal Reinhard Marx, ha admitido que en algunos casos ha habido destrucción de archivos y pruebas para ocultar las denuncias de pederastia.

«Los archivos que hubieran podido documentar estos actos terribles e indicar el nombre de los responsables fueron destruidos o incluso no se llegaron a crear», ha reconocido el presidente durante su intervención en la tercera jornada de la cumbre vaticana.

«El abuso sexual de niños y jóvenes se debe, en una parte no insignificante, al abuso de poder de la administración», ha subrayado.