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Cyril Ramaphosa jura como presidente y promete hacer prosperar Sudáfrica

Cyril Ramaphosa ha prestado juramento para continuar como presidente de Sudáfrica durante los próximos cinco años, en una ceremonia multitudinaria en Pretoria que ha coincidido con la celebración del Día de África y en la que el jefe de Estado ha prometido impulsar el país y limpiarlo de corrupción.

Cyril Ramaphosa (c) baila tras prestar juramento. (Yeshiel PANCHIA / AFP)
Cyril Ramaphosa (c) baila tras prestar juramento. (Yeshiel PANCHIA / AFP)

«Me siento honrado por la confianza que habéis puesto en mí. Soy consciente de los desafíos que nuestro país afronta, pero también reconozco que nuestro pueblo está lleno de esperanza por un mañana mejor», ha afirmado Ciryl Ramaphosa al asumir como presidente de Sudáfrica después de que el miércoles fuera reelegido oficialmente por el Parlamento para liderar de nuevo el Gobierno.

Su continuidad ha sido posible gracias a la victoria del Congreso Nacional Africano (ANC) en las elecciones generales del 8 de mayo; si bien el partido se anotó sus peores resultados en 25 años de democracia (57,5%), castigado por la corrupción y los graves problemas socioeconómicos del país.

«Pese a nuestros más serios esfuerzos, muchos sudafricanos aún se van a la cama con hambre, muchos sucumben a enfermedades tratables, muchos viven con carencias intolerables. Demasiados no trabajan, especialmente los jóvenes. Recientemente, nuestra gente vio cómo algunos de aquellos en los que habían puesto su confianza se rendían a la tentación del poder y la riqueza», ha reconocido Ramaphosa.

No obstante, ha asegurado que los desafíos no son «insuperables» y animó a trabajar para construir una Sudáfrica sin racismo, sin sexismo, solidaria y mejor para las nuevas generaciones.

«Un día más luminoso se levanta sobre Sudáfrica y sobre nuestro amado continente, África», ha enfatizado Ramaphosa en su discurso tras prestar juramento.

Principales retos

Entre las principales tareas de Ramaphosa para este mandato figuran impulsar el crecimiento económico (0,8% en 2018, pese a tratarse de la nación más industrializada de África) y paliar el alto desempleo (27%) y la pobreza, que mantienen a Sudáfrica como una de las naciones con más desigualdad.

La lucha contra la corrupción que corroe el funcionamiento de gran cantidad de instituciones públicas o la polémica pero necesaria reforma de la propiedad de la tierra –aún mayoritariamente en manos blancas– también prometen ser protagonistas.

La ceremonia, animada por exhibiciones aéreas, desfiles militares y cánticos, se ha celebrado en el estadio Loftus Versfeld de Pretoria, con asistencia de unas 32.000 personas, según el Gobierno. Entre los invitados figuraron numerosos jefes de Estado de la región, como los presidentes de Namibia, Zimbabwe, Tanzania y la República Democrática del Congo; el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, y representantes de distinto rango llegados desde todo el mundo, como el primer vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés Mesa.

Ramaphosa, que había heredado la Presidencia en febrero de 2018 de manos de Jacob Zuma (2009-2018), tendrá ahora su primer mandato completo de cinco años.

Zuma, uno de los grandes ausentes de la gala de hoy, fue forzado a dimitir por el propio ANC debido a sus graves escándalos de corrupción y su mala gestión.

Sí que asistieron el último jefe de Estado afrikáner y Nobel de la Paz junto a Nelson Mandela, Frederik Willem de Klerk, y otros expresidentes del país, así como la última esposa del icónico Madiba, Graça Machel.