Arnaitz Gorriti

Campazzo y Tavares lideran el triunfo liguero del Real Madrid (68-74)

Los merengues han revalidado su título doméstico al imponerse en el Palau Blaugrana después de dominar el partido, fruto del gran encuentro del MVP Campazzo y los rebotes de Tavares. La sorda guerra entre Svetislav Pesic y Thomas Heurtel también ha terminado haciendo daño a la escuadra blaugrana.

El Real Madrid celebra su 35º título de Liga, y además en el parqué del Palau Blaugrana (D. GRAU / ACB PHOTO)
El Real Madrid celebra su 35º título de Liga, y además en el parqué del Palau Blaugrana (D. GRAU / ACB PHOTO)

Se acabó la temporada 2018/19 y el Real Madrid ha revalidado el título de Liga ACB. Como la pasada campaña frente a Kirolbet Baskonia, los de Pablo Laso se han impuesto por 3-1, ganando por 68-74 en el cuarto partido, con una gran labor de Facundo Campazzo, elegido mejor jugador de la finalísima, autor de 15 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias y 28 de valoración, mientras que Eddy Tavares, que ha firmado 10 tantos y 13 rechaces, ha volteado por completo el juego del Barça, ya que en los anteriores envites los de Svetislav Pesic han hecho mucho daño en las segundas oportunidades, algo que en el cuarto partido ha beneficiado a los merengues. Y para Pablo Laso, nada menos que es la quinta Liga ACB que suma el entrenador gasteiztarra.

Con un encendido Rudy Fernández, el Real Madrid ha arrancado con un 3-11 a su favor ante un Barça que ha querido imponer su intensidad física metiendo a Hanga y Oriola en el quinteto titular, amén de un Heurtel que, desde tiempos inmemoriales, le ha arrebatado la titularidad a Pangos entre los iniciales. Casualmente, la defensa de Campazzo ha frenado muy bien a Heurtel en ese arranque, al punto de que Pesic ha decidido optar por una rotación clásica con Pangos y Kuric entrando por si acaso, toda vez que el Real Madrid, nuevamente a golpe de triple, se ha escapado 8-19, provocando el tiempo muerto del entrenador culé.

Y hete acá que la entrada de Pangos ha revolucionado el partido. Pese a la lesión de Pierre Oriola –luego ha podido regresar al juego–, el Barça ha apretado las clavijas en defensa y al rebote y el acierto del base canadiense ha supuesto un parcial de 9-1 con el que el Barça ha entrado en el partido a tope, siendo esta vez Pablo Laso quien ha tenido que frenar el encuentro, porque su lucidez inicial se ha ido apagando, y más con el necesario descanso que han tenido que tomar Campazzo y un Rudy Fernández que se ha empezado a cargar de personales.

Con todo, los merengues han aguantado por delante al final del cuarto, 21-24, siendo Jaycee Carroll el ejecutor madridista. Eso sí, a golpe de triple de Kuric y Pangos, el Barça ha logrado adelantarse en el marcador, aunque solo haya sido de manera fugaz, ya que entre Ayón y Thompkins han logrado un parcial de 0-5 para darle de nuevo la iniciativa a los blancos. Más aún,el habitual calvario reboteador madridista se ha tornado de bando gracias a la inmensidad física de Tavares, que ha supuesto un sinfín de segundas oportunidades de forma que el Real Madrid, aguantando los arreones blaugranas, ha conseguido llegar al descanso con ventaja en el marcador por 33-37. Y como anécdota, Thomas Heurtel, tan importante en los tres primeros partidos, se ha ido al descanso con cero puntos en su haber.

Al igual que en el tercer encuentro, el Real Madrid ha amagado con la ruptura del partido, al escaparse por diez puntos gracias a los triples de Randolph y Rudy Fernández y la omnipresente humanidad de Tavares. Para más inri, el Barça no ha tenido esta vez el recurso salvador de Heurtel, pero tampoco lo ha necesitado el cuadro blaugrana, ya que ha sabido reaccionar gracias a los buenos minutos de Singleton y Kuric, pero sobre todo gracias a un Kevin Pangos disfrazado de héroe.

Pero Pablo Laso también ha sacado sus recursos, y si hay alguien que sabe brillar en los terceros cuartos, ese no es otro que Fabien Causeur. El de Brest le ha dado un nuevo tirón al marcador, 45-52, gracias a cinco puntos consecutivos, amén de ofrecer su habitual intensidad en retaguardia. Con el tercer cuarto a punto de terminar, Pesic ha querido poner el contador a cero, pidiendo tiempo muerto y hablando muy clarito a Heurtel, porque su apagón podía tener suplencia durante mucho tiempo, pero no todo el partido. Y en estas, el Real Madrid ha entrado al último cuarto con un 47-55 a su favor, a punto de conseguir el triunfo necesario para revalidar su título liguero.

La guerra de Pesic y Heurtel

Heurtel ha anotado sus dos únicos puntos en el arranque del último cuarto, después de 30 minutos de sequía. Adam Hanga, que tampoco ha tenido su mejor partido, ha vuelto a meter al Barça en el rebufo madridista, 51-55, aunque no ha tardado Campazzo en replicar a golpe de triple y Tavares anotando un tiro fácil tras su enésimo rebote ofensivo. Para postre, un «dos más uno» de Jeff Taylor ha vuelto a disparar a los de Laso por 55-64, con poco más de cinco minutos por disputarse.

Ya en ese momento se ha visto otra vez que el Real Madrid ha tomado la sartén y la final por el mango, al tiempo que el Barça no ha podido hacer sino replicar pero sin imponer su ritmo, y sin el debido acierto triplista. Desesperado, Svetislav Pesic ha decidido en su tiempo muerto prescindir de Heurtel para darle una última oportunidad a Pangos. A toro pasado, y viendo cómo ha discurrido la Final, la decisión de Pesic ha parecido una temeridad prescindir del base francés, pero tanto el entrenador culé como el propio Heurtel tienen la capacidad de ser nocivos y desesperantes así para los rivales como para sí mismos. Y en esa tesitura, la jerarquía del técnico serbio ha pesado más, por encima del resultado.

Porque, como pesadilla recurrente del propio Pesic, el base canadiense ha malentendido a su técnico y ha querido disfrazarse de Heurtel, cuando las virtudes de Pangos son otras. Así las cosas, el Barça ha empezado a malgastar sus últimos cartuchos tirando triples sin ton ni son y dejándose todas sus oportunidades, y más cuando entre Tavares y Campazzo han estirado esa renta a 12 puntos, 55-67, a solo dos minutos del final.

Un triple de Hanga ha sido el último intento culé de reaccionar, al tiempo que el Palau Blaugrana ha empezado a perder aficionados. A falta de un minuto para terminar el partido, el Real Madrid ha llegado con una ventaja suficiente: 60-68. Una asistencia de Campazzo, sin duda MVP de la Final, para canasta de Tavares ha supuesto el punto y final de la serie, pese a los triples a la desesperada que han metido Pangos y Hanga para establecer el 68-74 definitivo.