«Ya llevamos 5 evacuaciones urgentes en 14 días. ¿A qué esperan a autorizar el desembarque de todas las personas a bordo, a que la emergencia médica sea insostenible? Cuánta crueldad». Así se han expresado esta tarde los responsables del Open Arms a través de las redes sociales, en las que han vuelto a pedir un puerto seguro para poder desembarcar a los 138 migrantes rescatados hace ya dos semanas en el Mediterráneo.

El mensaje ha llegado poco después de que los Gobiernos de seis Estados europeos –Alemania, Francia, España, Portugal, Rumanía y Luxemburgo– hayan accedido a recibir a las personas rescatadas. Así lo ha señalado el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que busca así presionar a su ministro de Interior, Matteo Salvini.

El Open Arms, sin embargo, sigue a poca distancia de la costa italiana, en el mar, a la espera del permiso para atracar en un puerto. Se trata de una autorización que, al parecer, sigue dependiendo del xenófobo Salvini, que se niega a firmarla pese a que un Tribunal Administrativo tumbó el miércoles la prohibición con la que el ministro quiso impedir que el Open Arms entrase en aguas italianas.

En plena crisis política italiana, tras la que Salvini espera hacerse con el poder en Roma, el líder de la Lega ha firmado hoy una nueva orden para prohibir la llegada del Open Arms, si bien otros ministros del gobierno de coalición se han negado a hacerlo.

Pese a que el desenlace de los rescatados por el Open Arms podría estar más cerca, en aguas del Mediterráneo sigue navegando el Ocean Viking, con 356 migrantes a bordo y también sin puerto seguro en el que desembarcar.