La ampliación del área militar, en paralelo, supondría un golpe prácticamente letal para el proyecto de Parque Comarcal de Ezkaba, en el que se lleva trabajando cinco años.  

El corte más significativo, desde el plano de lo simbólico, es que el proyecto de los militares afectará a la recién creada GR-225, la que sigue los pasos de los prisioneros que se fugaron del fuerte. El trazado se come 25 metros de camino y obligará a rehacerlo. 

NAIZ se ha puesto en contacto hoy, viernes, con el Instituto de la Memoria del Gobierno navarro. Han confirmado estar al corriente de la afección, pues fueron informados por el Ayuntamiento, a lo que han añadido que han presentado las correspondientes alegaciones. Así, comentan que el sendero GR constituye un «Lugar de Memoria» y, por tanto, está especialmente protegido.

Tal y como figura en los planos, la GR-225 es una de las tres Grandes Rutas que se verían cortadas. Si bien el corte del polígono de tiro la afecta solo en uno de sus extremos, por lo que teóricamente es fácil readaptar el proyecto de Defensa. 

Cuestión muy distinta es lo que ocurre con la GR-220 (conocida como la ruta de la Vuelta a la Comarca de Pamplona) que se ve cercenada de pleno, al igual que el sendero SL-NA172. Esto afectaría además a una ruta de BTT recientemente homologada. Para interpretar correctamente el mapa, hay que tener en cuenta que la línea amarilla supondría un cierre total con cercado con valla de acero galvanizado y, además, que se trata de un mapa de una montaña, por lo que el desnivel obstaculiza hasta hacer insalvable el planteamiento de itinerarios alternativos. 

El colectivo SOS Ezkaba ha presentado una alegación en la que solicita al Ayuntamiento que imponga una moratoria al plan de los militares hasta la aprobación del PSIS del Parque Comarcal. Y lo hace porque se trata de dos proyectos incompatibles o para que al menos el polígono de tiro se rija en función de las reglas que se establezcan para dicho Parque Comarcal. Este PSIS ya está bastante avanzado, dado que se aprobó el 25 de abril de 2018, momento en el que entró en fase de exposición pública. Las alegaciones, según explica SOS Ezkaba, ya fueron contestadas. «El cierre supone la creación de una barrera física que es justamente lo que se trata de evitar con un el espíritu abierto y supramunicipal del proyecto de Ezkaba», enfatiza este colectivo. 

Además, los municipios afectados por el PSIS no han estado quietos durante los cinco años que llevan peleando por el proyecto. En este tiempo han ido realizando labores de limpieza del monte, trabajos de brigada e impulsando la homologación de los distintos senderos. Todo este trabajo también se iría al traste. 

Asimismo, el escrito de alegaciones al Ayuntamiento, donde ahora gobierna Navarra Suma, para que se tengan en cuenta los riesgos de incendio forestal (con el añadido de la cercanía de bloques de viviendas a la zona boscosa) y las afecciones a la fauna.