Miren Sáenz

Costa-Gavras: «No nos hacen falta héroes pero sí gente que resiste»

Para Costa-Gavras, aunque él diga lo contrario, parece no pasar el tiempo. El director, primer Premio Donostia de esta edición de Zinemaldia, continúa incombustible a los 86 años frente a los rodajes o los abusos de poder.

Costa-Gavras con sus actores en el Kursaal (Gorka RUBIO / FOKU)
Costa-Gavras con sus actores en el Kursaal (Gorka RUBIO / FOKU)

Horas antes de que Costa-Gavras recibiera el primer Premio Donostia de esta edición de Zinemaldia, el director de cine griego ha comparecido en rueda de prensa, primero solo, y luego acompañado de los tres principales actores de ‘Adults in the Room’, la película basada en el libro de Yanis Varoufakis: el actor Christos Loulis, que interpreta al exministro de economía griego; Valeria Golino, que encarna a su mujer, y Alexandros Bourdoumis, como el expresidente Alexis Tsipras, todos encantados de rodar con el maestro.

En el filme se habla de la crisis griega, de los oligarcas y Europa, respetando el idioma original, y sobre todo de Varoufakis, que finalmente no ha podido asistir a Zinemaldia y al que Gavras considera «un excelente escritor, que sabe mucho de economía, es valiente, aunque no es un héroe. A la sociedad no le hacen falta héroes, pero sí gente que resiste», sentenció el realizador.

A sus espléndidos 86 años, Gavras ama el cine y mantiene su espíritu combativo del primer día: «Soy un gran espectador de películas», afirma alguien que sigue cultivando un cine político y de denuncia social empeñado en retratar el pasado y el presente e irreductible pese a los problemas que, por ejemplo, títulos como ‘Z’ le acarrearon en Grecia, ‘La Batalla de Árgel’ en el Estado francés o ‘Missing’ en Estados Unidos.

Lo corroboró su productora, Michele Ray-Gravas, que es además su mujer, quien sentada entre los periodistas cogió el micrófono para recordar las dificultades que atravesaron con ‘Missing’, «hoy sería imposible hacerla en Hollywood» y que podrían repetirse con ‘Adults in the Room’ «porque ni los pequeños productores ni lo grandes están dispuestos a poner su dinero cuando hablas de ciertas cosas y las coproducciones resultan imposibles con países con países como Alemania» cuando se retrata a sus políticos en la cinta.

Pese a ello, el veterano realizador no está dispuesto a claudicar aunque reconozca que ha llegado a temer «no tener dinero para la siguiente película. Afortunadamente en Francia funciona el sistema de ayudas y he tenido mucha libertad sino no habría trabajado con ellos».

«El fascismo está volviendo de una manera muy peculiar. Cuando han estado en el poder, los resultados siempre han sido muy negativos», dijo el realizador.

De esta manera, desde la sala le llegaron peticiones para rodar en otros lugares del mundo. Un productor iraní le planteó la posibilidad de hacerlo en su país y Gavras le contestó con que «ustedes, aunque con problemas, tienen buenos directores para contar sus propias historias».

Cuando una periodista le sugirió volver a rodar en Sudamérica, le recordó que uno va cumpliendo años para viajar y pasarse mucho tiempo fuera de casa», aunque al momento planteara que la situación de Brasil está pidiendo una película a gritos.

El director griego, porque aunque tenga pasaporte francés, admite que uno es griego para toda la vida sigue preocupándose de contar las penurias de los suyos y también las de los demás.