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Tercer día de protestas en Líbano contra la política económica del Gobierno y la corrupción

Miles de libaneses se han manifestado por tercer día consecutivo en las principales ciudades del país contra la política económica del Gobierno y una clase política acusada de corrupta, después de que las fuerzas de seguridad arrestaran a decenas de personas.

Una manifestación contra la subida de impuestos y la corrupción ha recorrido Beirut. (Mahmoud ZAYYAT / AFP)
Una manifestación contra la subida de impuestos y la corrupción ha recorrido Beirut. (Mahmoud ZAYYAT / AFP)

Las principales carreteras de Líbano han amanecido bloqueadas por tercer día consecutivo en el marco de las protestas contra los planes económicos del Gobierno y contra la corrupción.

Miles de personas se han manifestado cerca del palacio de Gobierno, en Beirut, y también en el ciudades del sur del país, feudo del partido-milicia Hizbulah, que se ha posicionado en contra de la dimisión del Ejecutivo, y del movimiento Amal.

Esta mañana el Ejército ha reabierto varias carreteras después de que las fuerzas de seguridad emplearan anoche gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes concentrados en el centro de Beirut, donde practicaron alrededor de 70 detenciones. Los bancos y la mayor parte de los comercios permanecían cerrados.

Las protestas arrancaron a principios de octubre en medio del deterioro de la crisis y después de una caída de la moneda local por primera vez en las últimas dos décadas. El descontento se arrastraba ya desde julio, cuando el Parlamento aprobó un presupuesto de austeridad para hacer frente al déficit.

En las últimas semanas, la tensión fue en aumento ante el empeoramiento de la situación económica, con temores a una devaluación y escasez de dólares en los mercados de cambio.

Y las protestas ganaron intensidad desde el jueves a raíz del anuncio del Gobierno sobre los planes para introducir una tasa sobre las llamadas que se realicen a través de la aplicación de mensajería móvil WhatsApp, una medida que ha tuvo que retirar el viernes ante la dimensión de las protestas.

Las autoridades acabaron por renunciar a ella ante la presión popular, pero el hastío se canalizó hacia la situación económica y política en general.

72 horas

El nivel de las protestas llevó el viernes al primer ministro del país, Saad Hariri, a cancelar una reunión del Gabinete convocada para discutir el borrador de los Presupuestos para 2020 y a dar un discurso a la población. Hariri, dio de plazo hasta el lunes a sus socios de coalición –muy dividida– para que respalden un paquete de reformas para dar solidez a las finanzas del Ejecutivo y garantizar el pago de varios préstamos y donaciones.

Su rival político, el líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah, ha respondido hoy. «No queremos que el Gobierno dimita si esta dimisión significa que no hay Gobierno», ha declarado, instando a los libaneses a trabajar juntos.

El actual Ejecutivo de unidad cuenta con el apoyo de la mayoría de partidos, incluido Hizbulah.

La deuda pública de Líbano alcanza más de 86.000 millones de dólares, más del 150% del PIB, y es á tercera tasa más alta en el mundo, por detrás de Japón y Grecia.

El Gobierno intenta alcanzar un acuerdo para implantar medidas de austeridad y reducir el déficit de cara al presupuesto del próximo año. Líbano se comprometió en abril de 2018 a iniciar reformas a cambio de promesas de préstamos y donaciones por un total de 11.600 millones de dólares.