NAIZ

Ha fallecido José Angel Ochoa de Eribe, excarcelado en julio por su grave enfermedad

José Angel Ochoa de Eribe, prisionero vasco excarcelado el pasado mes de julio por su grave enfermedad, ha fallecido sin pasar siquiera cuatro meses desde entonces. Había permanecido 19 años en la cárcel, de ellos cuatro enfermo.

José Angel Otxoa de Eribe.
José Angel Otxoa de Eribe.

Este martes ha fallecido José Angel Ochoa de Eribe, exprisionero vasco, a consecuencia del cáncer que sufría y por el que no fue excarcelado hasta el pasado mes de julio.

Ochoa de Eribe, natural de Urkabustaiz (Gorbeialdea), tenía diagnosticada la enfermedad desde 2015, pero las sucesivas peticiones de libertad no fueron atendidas argumentando que su recuperación iba por buen camino.

Al reproducirse su enfermedad en prisión este año, el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria autorizó finalmente su puesta en libertad, sin oposición de la Fiscalía. Y la excarcelación se materializó el pasado 5 de julio, tres semanas después de haber recibido el tercer grado, desde la prisión de Castelló.

Ochoa de Eribe había sido detenido en México en el año 2000 y entregado al Estado español, donde ha permanecido encarcelado desde entonces hasta hace tres meses y medio.

Etxerat: «Podía haber accedido a la libertad antes»

Etxerat ha confirmado el fallecimiento en una nota en la que ha denunciado que en setiembre de 2018 la cárcel le denegó la progresión de grado: «De no estar sometido a una política penitenciaria de excepción, este preso vasco podría haber accedido al tercer grado y la libertad condicional tiempo atrás».

«La crueldad de la política penitenciaria de excepción aplicada a presas y presos vascos se pone de relieve en la gravísima situación de los presos que sufren enfermedades graves e incurables: las negativas a la progresión de grado y a su excarcelación, las deficiencias sanitarias, la desasistencia médica y las condiciones en que reciben tratamiento son el caldo de cultivo para el avance de sus enfermedades».

Incide en que en estos momentos aún «hay 20 presas y presos políticos vascos con enfermedades graves e incurables» y alerta de que «su estancia en prisión no solamente agrava sus dolencias sino que les impide el tratamiento y el seguimiento médico en las condiciones y con las garantías que exige su estado de salud».