Como un tiro ha comenzado Anaitasuna, sin dejarse sorprender por el equipo revelación de la temporada. Solo en una ocasión ha ido por detrás en el electrónico –1-2, m.3–, pues a partir de ahí ha mandado en el partido, con ventajas cada vez más amplias.
Cumplido el minuto 10, los pupilos de Iñaki Aniz ya han abierto una sensible brecha (5-2), después de transformar un siete metros Vaquer y el técnico de Nava, Daniel Gordo, verse obligado a pedir un tiempo muerto para frenar la dinámica.
Sin embargo, la sangría visitante no ha tenido fin. Los locales, secundados por las buenas intervenciones del muro Bols, han seguido a lo suyo, hasta llegar a un 11-4 que ha traído como consecuencia otro tiempo muerto de los segovianos.
No ha importado. Anaitasuna ha seguido en velocidad de crucero y a falta de tres minutos para el descanso, su margen favorable ya ha sido de diez dianas (16-6), con un tanto de Bazán. Nava apenas ha maquillado el luminoso para el descanso (16-8).
Por contra, ha salido muy enchufado tras el descanso. Con la entrada del eibartarra Yeray Lamariano en la portería y el cambio a una defensa 5-1, los visitantes han recortado diferencias, aunque el triunfo no ha peligrado en ningún momento.
Por si acaso, Iñaki Aniz ha parado el partido y ha recompuesto a los suyos para atacar la nueva estrategia segoviana y, sobre todo, defender mejor. Así, los anfitriones han variado la dinámica y las rápidas contras de Carlos Chocarro han acabado por traer la tranquilidad.
Pese a todo, Nava ha tenido el mérito de no darse por vencido en ningún momento, aunque la empresa era francamente complicada, y ha peleado hasta el último segundo para, al menos, maquillar el resultado final.