NAIZ
LA VALETA

Sentada de protesta en el edificio de la oficina del primer ministro de Malta, Joseph Muscat

Un grupo de activistas del Movimiento Graffitti ha irrumpido en el edificio que alberga la oficina del primer ministro de Malta, Joseph Muscat, a primera hora de este lunes para reclamar su renuncia inmediata en medio de la investigación por la muerte en 2017 de la periodista de investigación Daphne Caruana Galizia en un atentado con coche bomba.

Los integrantes del Movimiento Graffitti, sentados en el interior de la sede del Ejecutivo maltés. (@MovGraffitti)
Los integrantes del Movimiento Graffitti, sentados en el interior de la sede del Ejecutivo maltés. (@MovGraffitti)

Aunque hasta ahora Muscat no se ha visto directamente implicado en la investigación, ha anunciado que dejará el cargo en enero, una vez el Partido Laborista elija a su sucesor. El testimonio de un sospechoso clave en el caso ha vinculado a personas del círculo próximo al mandatario con lo ocurrido.

Un grupo 25 personas han sorprendido a policías y soldados y se han abierto camino en el edificio del siglo XVI en La Valeta desde una entrada lateral, provistos con tambores, silbatos, banderas y megáfonos. A continuación, se han sentado y han bloqueado la entrada, reclamando la renuncia de Muscat, quien no se encontraba en el edificio en esos momentos.

Mientras, en el exterior, otro grupo de manifestantes y la hermana de Daphne Caruana Galizia, Corinne Vella, han exigido que se abran las puertas y les dejen pasar.

En un comunicado, el Movimiento Graffitti, colectivo de izquierdas impulsor de la protesta, apunta que «no se trata solo de corrupción, sino de un asesinato político. La posición del primer ministro es insostenible. Estamos pidiendo a Muscat que presente su renuncia de inmediato. Pero Muscat no es el único flagelo que ha afectado a nuestro país. Estamos muy preocupados por la grave situación en la que se han visto involucradas a las instituciones democráticas de nuestro país y porque sentimos que nuestro país ha tocado fondo».

La estabilidad política de la isla se ha visto sacudida en las últimas semanas ante el giro que ha dado la investigación de la muerte violenta de la periodista, a quien una bomba colocada en su coche le provocó la muerte en octubre de 2017.

Magnate detenido y encarcelado

Malta lleva varios días de protestas continuadas, después de que fuera arrestado el empresario Yotgen Fenech cuando trataba de salir del país a bordo de su yate, y a quien se ha acusado formalmente de ser quien ideó el asesinato de la periodista.

El magnate, en prisión provisional, ha acusado a su vez al exjefe de gabinete de Muscat, Keith Schembri, de ser el cerebro del crimen, lo que ha suscitado una enorme crisis política en este pequeño estado insular de la Unión Europea. Schembri había sido acusado de corrupción por la propia Caruana Galizia.

La periodista Caruana también investigaba la relación de la clase política maltesa, incluido el primer ministro y su esposa, con los Papeles de Panamá y otros casos de corrupción.

Aunque el primer ministro llegó a ofrecer un millón de euros para quien facilitara información, en un intento de calmar el escándalo, los hijos de la informadora  cargaron contra el Gobierno de Malta y tachan al país de «mafioso».

De hecho, el marido y los tres hijos de la periodista presentaron recientemente una demanda judicial para solicitar que se investigue a Muscat y pedían a este que desista de participar en las indagaciones sobre el homicidio para garantizar la independencia de las mismas.