Dabid Lazkanoiturburu

Sale a la luz la gran mentira de la guerra de EEUU en Afganistán

Los gobiernos estadounidenses alardeaban en público de sus éxitos en la guerra afgana mientras que, en privado, reconocían su incapacidad para vencer a los talibanes y se alarmaban de que el país centroasiático devino en un gran agujero de corrupción donde se han dilapidado cientos de miles de millones de dólares. La investigación, que se basa en miles de entrevistas a militares y políticos, ha sido publicada por ‘The Washington Post’.

Soldados estadounidenses en las montañas afganas. (Thomas WATKINS-AFP)
Soldados estadounidenses en las montañas afganas. (Thomas WATKINS-AFP)

Los sucesivos gobiernos estadounidenses han sostenido públicamente desde 2002, tras la guerra de venganza en Afganistán por los ataques del 11-S, que hacían progresos contra la insurgencia talibán mientras en privado admitían lo contrario.

Es lo que asegura el diario ‘The Washington Post’, que ha sacado a la luz pública una gran investigación. Titulada «En guerra con la verdad», y gracias al libre acceso que permite la Ley de Libertad de Información, la investigación se basa en más de 200 páginas de documentos con entrevistas militares, diplomáticos y funcionarios realizadas por la Inspección general especial encargada de la reconstrucción de Afganistán (Sigar), creada en 2008 para investigar sobre los sobrecostes ligados a la situación en el país centroasiático..

Las entrevistas con responsables implicados tanto en la guerra como en la reconstrucción evocan un gasto sin control, en un país sin un gobierno central fuerte, lo que ha alimentado una corrupción generalizada y llevado a la población a rechazar a la coalición internacional liderada por EEUU y a volver a apoyar a los talibanes.

«Nos faltaba conocimiento fundamental de Afganistán, no sabíamos lo que estábamos haciendo», reconocía en 2015 el general del Ejército de EE.UU. Douglas Lute. Este general de tres estrellas, que fue uno de los máximos responsables de la política bélica en Afganistán bajo los mandatos de los presidentes George W. Bush (2001-2009) y Barack Obama (2009-2017), expresó su desasosiego con los derroteros de la contienda: «Si los estadounidenses supieran de la magnitud de esta disfunción....2.400 vidas perdidas».

Sarcástico, el general Lutte se refiere en una entrevista al tráfico de drogas en un país que se ha convertido en primer productor mundial de opio. «Nuestro objetivo era crear una economía de mercado floreciente. Creo que tendríamos que haber especificado un mercado de la droga floreciente. Al fin y al cabo, es el único mercado que funciona», añade irónico.  

No es el único. El general Michael Flynn, que efectuó incontables misiones de inteligencia en el país, criticaba duramente el trabajo de las agencias de espionaje estadounidenses, a las cuales calificó de «ignorantes» y de estar «alejadas de la realidad del pueblo afgano». «Desde los embajadores hasta el personal sobre el terreno, (los responsables americanos) nos dicen que estamos haciendo un gran trabajo. ¿Realmente? ¿Por qué tenemos entonces la impresión de que estamos perdiendo?», se preguntaba en 2015 el que fuera subjefe del personal de Inteligencia del Ejército de Estados Unidos en Afganistán.

Las declaraciones en privado a las que ha tenido acceso el periódico estadounidense contrastan con el optimismo que a lo largo de la guerra mostraron públicamente varios altos cargos del Ejército de EEUU, incluso cuando los talibán, sin ningún tipo de capacidad para el combate aéreo, comenzaron a hostigar con éxito a los ocupantes.

No obstante, el rotativo estadounidense también ha hecho públicas varias conversaciones con el que fuera Secretario de Defensa entre 2001 y 2006, Donald Rumsfeld., en las que el halcón neocon reconocía, ya en 2002, que "«nunca vamos a sacar al Ejército de EEUU de Afganistán salvo que contemos con la estabilidad necesaria que nos permita irnos».

El diario tuvo acceso a estos documentos, hasta ahora clasificados como secretos, que recogen entrevistas a 62 individuos, «después de tres años de batalla legal». Aun así, el Gobierno no les dio acceso a todos los informes que solicitaron y mantuvo como secretos 366 testimonios.

Ecos de la derrota en Vietnam

‘The Washington Post’ reveló ya en 1971, en los «Pentagone Papers», la cruda realidad de la campaña militar estadounidense en Vietnam. «Con lo que yo he visto allí, es imposible ganar», admitía en 2016 Ryan Crocker, diplomático jefe en Kabul durante varios largos años. Una sinceridad que rememora, medio siglo atrás, la conciencia de la derrota estadounidense en el país del sudeste asiático.

La publicación de estas entrevistas e informes tiene lugar en plenos trámites que la Administración Trump y el Pentágono para reducir tropas en Afganistán y tras la reanudación el pasado día 7 de diciembre de las negociaciones entre EEUU y los talibanes en Doha, capital de Qatar.

Desde el inicio de la contienda en octubre de 2001, más de 775.000 militares estadounidenses han sido desplegados en Afganistán. De ellos, 2.300 no regresaron vivos a casa y 20.589 resultaron heridos. El Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional han gastado durante los últimos 18 años entre 934.000 y 978.000 millones de dólares en el país asiático.