El Real Madrid ha resultado más certero desde los once metros. Eso ha marcado la diferencia para que los merengues se hagan con una Supercopa marcada en la presente edición por la polémica del país organizador –Arabia Saudí– y del formato, ya que los blancos no fueron campeones ni de Liga ni de Copa.

Sergio Ramos ha sido quien ha transformado la pena máxima decisiva en una tanda en la que los de Zidane han estado inmaculados, mientras que Saúl ha enviado al palo su primer lanzamiento y Courtois le ha detenido el segundo a Thomas.

Lo cierto es que el encuentro solo ha ganado en emoción cuando ambos contendientes ya estaban influidos por el cansancio. Ha sido en la prórroga cuando tanto Real como Atlético han dispuesto de claras oportunidades para inaugurar el electrónico, pero no han estado nada efectivos.

Hasta ha habido una expulsión, cuando Valverde ha protagonizado una brutal entrada en la media luna a Morata, que ya se marchaba solo frente a Courtois para anotar el gol que seguramente le hubiera dado el trofeo a los colchoneros. Su falta ha permitido al Real Madrid seguir vivo y hacerse después con el título.

Hasta ese tiempo suplementario, el partido ha transcurrido por unos derroteros marcados por la rigidez estratégica y las muchas precauciones que los futbolistas han adoptado sobre el césped para que el rival no horadase su portería, especialmente en la primera parte.