Arnaitz Gorriti

Luis Scola: «Los Juegos Olímpicos pasaron a segundo plano para mí»

El ala-pívot argentino departe con unos conocidos periodistas gasteiztarras ligados al Baskonia en el canal de Youtube «Confinados sin Basket», del gasteiztarra Sergio Vegas, en el que repasa su carrera dentro y fuera de Gasteiz, al tiempo que pone en pausa todo lo relacionado a su futuro.

Después de que se fuera de Gasteiz en 2007, la afición baskonista quizá se ha quedado sin poder volver a recibir a Scola. (Juanan RUIZ / FOKU)
Después de que se fuera de Gasteiz en 2007, la afición baskonista quizá se ha quedado sin poder volver a recibir a Scola. (Juanan RUIZ / FOKU)

«Lo que vaya a hacer Luis Scola solo lo sabe Luis Scola». Son palabras de Claudio Villanueva, agente del exjugador del Baskonia en unas fechas en las que el aplazamiento de la cita olímpica ha dado paso a la especulación sobre su futuro. A punto de cumplir 40 años el próximo 30 de abril, el ala-pívot es reacio a las entrevistas, pero ha accedido a una charla múltiple en el canal de Youtube del gasteiztarra Sergio Vegas, en la sección «Confinados sin Basket», en el que, aparte de repasar su pasado, ha querido poner en suspenso todo lo que pueda acarrear el futuro. «No quiero pensar en pasado. Virus mediante, todavía no me retiré», ha dicho Scola.

«Empecé a jugar en 1995, así que pasaron muchas cosas en mi carrera. Cuando empecé busqué ciertos objetivos y después todo se convirtió en una montaña rusa gigante en la que todavía estoy arriba. Esa es un poco la carrera de un deportista», ha resumido el ala-pívot bonaerense sobre lo que es su carrera, una carrera ahora en suspenso y que, con la cita olímpica un poco más desplazada en el tiempo, parece tan lejana como el próximo milenio.

«¿Jugarás en los Juegos Olímpicos de Tokio?», ha sido la pregunta más directa y relacionada con la actualidad que los periodistas Sergio Vegas, Natxo Mendaza, Rafa Muntión, y el exjugador de baloncesto y excomentarista Iñaki Garaialde le han hecho al jugador bonaerense, que el jueves día 26 debía, en un principio, regresar al Buesa Arena con su Armani Milano, para disputar el partido de la jornada 31 de la Euroliga.

«Es tan grande, tan diferente, tan única... que todo pasó a segundo plano. Cuando la gente me pregunta sobre mi ‘gran dilema’ sobre si jugaré un año más para llegar a los Juegos Olímpicos, es que ni pensaba en ello; lo último que estaba pensando era en ello. Si ves todas las cosas que fueron pasando al cabo de los días; se suspendió un partido de la LEGA Italiana, se suspendió un partido de Euroliga; se suspende después la LEGA entera y la propia Euroliga entera; por último, los Juegos Olímpicos. ¡Pasaron tantas cosas!, que todo lo demás pasó a segundo plano. Realista y honestamente hablando, queremos que la gente esté bien, que las ciudades estén bien. Queremos que el mundo se vuelva a acomodar y después veremos»», ha explicado, firme en sus palabras.

Que Tokio 2020 haya pasado a 2021 –aunque la nomenclatura de «Tokio 2020» se mantenga–dificulta el concurso del ala-pívot bonaerense, que llegaba al Mundial de 2019 después de un concienzudo entrenamiento con un objetivo claro. Y es la ausencia de objetivos, o mejor dicho fechas, lo que dificulta ahora mismo el camino de Scola hacia sus penúltimas páginas como jugador profesional.

Cierto es que, como dice Claudio Villanueva, «con Scola no hay que fijarse en el almanaque. Un hombre de su carrera, con más de 20 años como profesional, no le puedes poner la meta de los Juegos Olímpicos como si fuera la última. Ojalá dispute sus quintos Juegos, bien lo merece, pero eso solo depende de lo que decida él».

Todavía perfectamente válido

Al mismo tiempo, Sergio Vegas declaraba a este periódico su «temor» de que dos estrellas del basket FIBA como Pau Gasol y Scola puedan tener un horizonte muy lejano en 2021. «Sería una pena que grandes estrellas para el basket español y el argentino como Pau y Scola no pudiera llegar a los Juegos. Obviamente, vienen de contextos diferentes, ya que Pau llega de un año sin poder jugar por lesión, mientras que en el caso de Scola sigue jugando y a buen nivel, como se ha visto esta temporada en la Euroliga. En lo que respecta a Luis, bien se vio en el Mundial que, aunque yo creía que tal vez fuera a ejercer de jugador de rol, se supo compenetrar muy bien con Campazzo, Vildoza, Garino… y por eso llegó a la final y al quinteto ideal. Y en esta Euroliga, quizá no va a jugar 30 minutos, pero sigue dando minutos de calidad. Por ejemplo, en el último partido de Armani Milano antes de la suspensión, en Valencia, es un jugador vital para que los de Ettore Messina puedan aguantar a Vlencia Basket en la prórroga. Tiene partidos de 16 puntos, todavía a muy buen nivel», destacaba horas antes de su charla con Scola.

Un nivel del que quizá se llegó a dudar en vísperas del Mundial de 2019, cita a la que Luis Scola llegó como si fuera a terminar ahí su carrera, en vista de su relato ante los periodistas gasteiztarras. «Después del Mundial de China no tenía pensado jugar. Se lo había dicho a mi agente de Argentina, Claudio Villanueva, pero también al de China y al de Estados Unidos. Quería concentrarme en el Mundial y puse toda la energía ahí. Antes del Mundial me sondearon con algunos interesados, pero no quise escuchar nada. Durante el Mundial, Manu (Ginóbili) me preguntó si iba a jugar y le contesté esto mismo, y él me dijo que Ettore (Messina), estaba en Milán y que tenía interés. Cuando terminó el Mundial, Ettore me llamó y respetó un tema de compromisos comerciales que yo tenía en China, y me volvió a llamar después y empezamos a hablar», ha explicado sobre su llegada a Armani Milano.

Lo cierto es que Scola ha sumado más de 500 minutos en esta Euroliga, 19 por partido, con 9 tantos, 4 rebotes y 1 asistencia de media, para una valoración promedia de 8,5. Evidentemente, lejos está el Scola de los mejores días, pero ha demostrado tener capacidad de sobra para jugar a un gran nivel en el basket FIBA después de su periplo por la NBA y en China. Ello se debe a una preparación muy profesional desde el primer día al último. Rafa Muntión ha citado a Fabricio Oberto cuando este definía a Scola como «el jugador más centrado en sus objetivos»

Pero con el abrupto parón de la competición a causa del COVID-19, crece la incertidumbre de cómo mantenerse en forma y cómo prepararse para lo que viene, ya que «lo que viene» nadie sabe lo que es –Euroliga, LEGA, Juegos Olímpicos o lo que fuera– ni cuándo empezará –la Euroliga sigue empeñada en terminar esta temporada 2019/2020– ni cómo afectará a cada uno de sus protagonistas.

«Cuando pasó esto, todos los deportistas del mundo empezaron a hacer malabares para seguir entrenando. Cuando se suspendió, no sabíamos cuánto iba a durar, entonces teníamos que estar preparados. Yo por suerte tengo un gimnasio acá en mi casa en Milano, también en Argentina. Ojalá estuviera allá porque también tengo cancha de básquet. No es lo mismo, pero intentamos mantener el peso y una vida sana. Es difícil porque no sabés cuándo será el próximo partido. No sabe para qué y para cuándo se entrena. Si te dicen que el próximo es el 15 de septiembre, te preparás de una manera. Planificás vacaciones, luego una semana hacés esto, la otra lo otro, pero no es lo mismo entrenarte para el primer partido del año que viene que para el 25 de la Lega, entonces la situación es totalmente despatarrada. No hay protocolo, ni forma correcta de hacer las cosas. Todos haciendo malabares», ha resumido.

«Si tiene que pasar, pasará; y si no, no»

Por eso, preguntar por el después es como consultar una bola de cristal, incluso para el propio protagonista, o para Sergio Vegas. «Quién sabe si hemos perdido la oportunidad de ver a Luis en Gasteiz como jugador por última vez. No solo con la camiseta del Baskonia, que ojalá pero no creo, sino con la del rival. Porque ya veremos si Scola sigue en Milán, o si juega la Euroliga. Luis es una institución para el Baskonia como todo el mundo sabe, y desde luego que sería algo tremendo si pudiera volver, aunque sea vestido con el uniforme rival, a la que es su cada», opinaba el periodista.

Scola, sin saberlo él, le ha dado la razón con posterioridad. «Ninguna de las cosas que vengo haciendo fueron planificando al dedillo. Para que yo juegue en Baskonia tendrían que darse muchas cosas. Una que ellos quieran que yo juegue ahí. Otra, que yo quiera jugar en Baskonia. Otra, que tenga ganas de seguir jugando. Varias cosas. No sé si van a pasar. Si voy a seguir jugando. No sé nada de lo que va a pasar. Pero realmente lo que pienso es que no es tan importante. Jugué 7 años en el Baskonia. Si juego 3, 10 o 30 partidos más, no va a cambiar la historia. Lo que hice no va a cambiar y lo que la gente piensa de mí tampoco. No es tan importante. Puede que se dé o que no, pero no estoy pensando en que necesito ir a Baskonia o a Milano, o que tengo miedo de ir a Baskonia para arruinar algo. Ya estuve muchos años en la Euroliga, en la NBA, en la selección. Lo que yo hice ya está, no va a cambiar. Y esto lo digo sin saber lo que va a pasar. Si tiene que pasar, pasará. Y si no, no», ha terminado.